Mi colonia en Hermosillo: A sus 72 años la Pimentel enfrenta varios problemas

HERMOSILLO, Sonora.- Calles en mal estado, descuido por parte de la Policía e indigencia son los principales problemas que argumentan los residentes de la colonia Pimentel, en el Poniente de la ciudad.

Guadalupe Carrasco Flores, residente de la colonia desde hace 45 años, señaló que no ha tenido incidentes de ningún tipo, sin embargo expresó su descontento con la calidad de las calles del sector.

Necesitan echar no ‘chapopote’, necesitan echar pavimento de ‘adeveras’, y le han echado mucho escombro para rellenar, pero sale peor porque levanta mucho polvo”, acotó.

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Una de las vecinas que prefirió identificarse sólo como “María Elena”, cuya familia es la responsable de rellenar los baches de las calles con arena y escombro, comentó que hay un descuido por parte de la policía.

“Nos cuidamos mutuamente, a pesar de que tenemos a la policía estatal, la municipal y la federal cerca, es la misma; brilla por su ausencia la seguridad pública”, expresó.

Otro de los residentes, quien se identificó como “Loreto”, manifestó que el principal problema que enfrentan son la población migrante que, aseguró, llega a la colonia con malas intenciones.

Esa gente no está acá nomás porque sí, esa gente está mal allá, por eso se viene, ¿y qué viene a hacer aquí? A buscar la vida fácil, hasta en los techos están”, expuso.

FUNDADA HACE MÁS DE MEDIO SIGLO

El cronista de la ciudad, Ignacio Lagarda Lagarda, señaló que la colonia fue construida durante la década de 1950 y la mayoría de sus pobladores son personas mayores.

La colonia Pimentel fue testigo de actos sanguinarios que impactaron a la comunidad hermosillense.

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El acontecimiento más importante que sucedió en las calles de la colonia Pimentel fue el llamado ‘Domingo Rojo’ de 1993, cuando Jesús Riojas Vázquez mató a cinco personas”, expresó.

Este no sería el único caso en la pequeña colonia detrás del que fuera el Estadio Héctor Espino, pues según recordó el cronista, el 1 de julio del 2016 ocurririó el asesinato de María Luisa Tapia Cons, una vecina muy querida del sector.

A raíz de ese suceso, el maestro jubilado y vecino Gabriel Núñez Kosterliztky condenó el crimen y reiteró su intención de armarse contra cualquier persona que amenazara la paz de la colonia, acción paralela el nacimiento del movimiento de autodefensas al Sur del país.