Hermosillo: Álvaro cocina tradición a fuego lento
De manera autodidacta aprendió a fabricar hornos de leña; ahora también hornea 200 panecitos al día y prepara varios platillos

HERMOSILLO.- Tenía 22 años de edad cuando aprendió a fabricar por su cuenta hornos de leña y es uno de los pocos ciudadanos que trabajan en esta actividad.
Álvaro López Montoya elabora con bloques de ladrillo y una mezcla de tierra y piloncillo derretido la estructura que prepara los alimentos que degustan muchas personas.
Tuve que aprender sobre la marcha, antes no existía Youtube, donde hay tanta información como ahora”, recuerda.
Las ganas de aprender y la práctica lo animaron a trabajar en ello y todo lo que sabe lo aprendió a prueba y error, incluso asegura que es capaz de medir la temperatura sin necesidad de un termómetro.
Al quemar el piloncillo y revolverlo con tierra queda una mezcla sólida, como si fuera cemento, indica.
La técnica para que queden bien y guarden la temperatura por mucho tiempo, es rellenar por debajo con arena, tierra y vidrio, sin que quede hueco.
“Sí se puede vivir de esto, es como todo hay que dedicarle tiempo”, menciona. Fabricó hornos de leña para distintos establecimientos en Hermosillo, como el de un hotel rural cerca de la Victoria, panaderías y casas.
Un horno puede durar más de 50 años, incluso más de 100 si se le da el mantenimiento adecuado, asegura.

Te puede interesar: Prefiere don Reymundo comida a la leña porque le sabe mejor
CON SU TOQUE ESPECIAL
Con el horno de su hogar cocina una variedad de comidas para fiesta que venden por pedido en Internet, como cerdo a la leña y panecitos rellenos, alimentos que a sus clientes les encantan y disfrutan.
El horno de leña es el secreto, el ahumado de la leña de mezquite le da un sabor muy diferente que no tiene ninguna otra panadería”, expresa Álvaro, quien orgulloso considera su trabajo como único.
Su especialidad son los cochitos, receta que sólo su familia hace en Hermosillo, explica, el cuerito es crujiente y utilizan una salsa especial secreta. A pesar de ser muy solicitado, en fechas especiales levanta máximo 15 pedidos.
“Es una receta muy rica y muy magra porque se consume en su propio jugo, no le ponemos grasa”, describe. Le quitan la grasa por medio de la cocción del horno, lo que hace que la carne quede suave y con mucho sabor.
Además del platillo más popular entre sus comensales, se enorgullece de los panecillos rellenos de queso crema, chile y jamón o pollo.
“Ni los panaderos de antaño los hacen así”, señala, pues son como pequeños birotes rellenos.

POCO A POCO CRECE EL NEGOCIO
Álvaro comienza a formar una tradición familiar, la cual espera que sus hijas continúen. Relata que el negocio familiar comenzó desde hace cinco años y vendían apenas dos kilos de harina.
Se levanta a las 08:00 para comenzar a calentar el horno.
Ahora al día amasa alrededor de ocho kilos, con los cuales prepara aproximadamente 200 panecitos rellenos.

Su esposa Gloria Pardo trabaja a su lado, levanta los pedidos a través de su cuenta de Facebook “Horneamos a la leña” y se dedica a entregarlos en el parque de Puerta Real.
“Hemos tenido la bendición de aprender muchos oficios”, comenta. Uno de ellos es cocinar panes y pizza, pero también aprendió hace 14 años a reparar refrigeraciones.
La familia de Álvaro conoce el valor que tiene el trabajo, con cariño le dedican tiempo a todo lo que hacen, desde el más pequeño detalle en la fabricación de los hornos, hasta el ingrediente que cultivan en su jardín.

Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí