Quería ser abogada, pero se enamoró de la Enfermería
Casi medio siglo de su vida dedicó Delia Carvajal Serrano al cuidado de los pacientes en el Hospital del Issste donde se desempeñó como enfermera.
A los 26 años de edad comenzó su profesión en el Issste, donde aprendió y siguió estudiando hasta realizar un posgrado en Enfermería, algo que en aquellos años no se conseguía tan fácil por una mujer. Ella trabajó 48 años como enfermera.
Los caminos de la vida la llevaron a entrar a estudiar enfermería a la Universidad de Sonora, pues ella tenía claro que sería abogada, pero por dimes y diretes de la gente, y porque hacía falta una aspirante a la carrera de Enfermería, hizo el examen y quedó.
"La Enfermería es una profesión bonita y no me arrepiento en nada de haber estudiado esto, al principio quería estudiar Derecho pero qué bueno que decidí por enfermería porque me enamoré de ella y de los quirófanos de los hospitales", comentó Delia Serrano, de 91 años de edad.
Estudió dos años de Obstetricia, fue Jefa de Enfermeras y la primera mujer como secretaria general del Sindicato de Enfermería del Issste, cargo que por muchos años tuvo en sus manos y con orgullo lo recuerda.
"A mí no gustan las injusticias, siempre he sido una mujer derecha, de carácter y siempre ayudé a mis compañeros.
"Estuve en todos los servicios del Issste, especialmente en quirófano y eso era algo que me gustaba mucho y me apasionaba", manifestó.
NO ERA BIEN VISTO
En 1956 entró a estudiar y aunque la gente no lo veía bien, decidió hacer algo por ella misma y por más mujeres de su época, quienes no tenían la libertad de estudiar una carrera universitaria.
"Veían mal que una mujer estudiara, inclusive mi familia lo vio mal porque creían que iba a andar chacoteando con los médicos y quién sabe qué tanto.
"El hombre le da el respeto que la mujer se da; yo nunca vi nada ni mal trato de los médicos, nada; al contrario, siempre apoyaron a las mujeres enfermeras para que saliéramos adelante y pudiéramos trabajar sin problema", agregó.
La vida de Delia serrano fue 100% la enfermería, nunca se casó ni tuvo hijos, ella se entregó en cuerpo y alma a su profesión y a sus pacientes.
Contó que ella se tomaba personal los casos, pues cuando atendía a alguien no se le despegaba hasta que el estado de salud mejorara considerablemente.
Aunque estudió Obstetricia, a ella le apasionaba el quirófano, preparar la sala para alguna operación, estar al pendiente del instrumental que se utilizaría y de que no hiciera falta nada.
"Estar en un quirófano es algo maravilloso, es algo que me gustaba mucho hacer porque disfrutaba hacer mi trabajo porque siempre lo hice con mucho amor y respeto", dijo.
Los recuerdos que más atesora son sus fotos de cuando era enfermera, su título como Licenciada en Enfermería y sus múltiples reconocimientos por su trayectoria.
Hoy en el Día Mundial de la Enfermería, hace un llamado a las nuevas generaciones a poner cariño, amor y sobre todo pasión y respeto a esta profesión.
"Esta es una profesión hermosa", resaltó, "hay que tener dedicación y amor por la enfermería, pero sobre todo respeto, tanto en lo profesional como con los pacientes, hay que entregarse por completo porque esta profesión da muchas satisfacciones".
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