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Río Sonora, más agravio que solución

La Presidenta fue cuestionada sobre el tema exhibiendo ignorancia sobre la materia y la región, aduciendo que todo se resolverá con una consulta y que los problemas políticos se generan en Hermosillo.

Joaquín  Robles Linares N

SEPTENTRIÓN

La tozudez en política es un rasgo ominoso, aniquila la comunicación y revela la intolerancia. Los regímenes morenistas se distinguen por su trato despótico, refractarios a lo racional desdeñando la ciencia y la coherencia, suponen que la ideología salva cuando en realidad los exhibe y condena.

En Sonora vivimos este fenómeno en uno de los espacios más explotados y de una brutal precariedad ecológica, el Río Sonora.

Caudal objeto de disputas, edificaciones, explotaciones y una grave contaminación. A la vera del río han nacido pueblos que sobrevivieron ante un entorno reseco con un cauce que concluye su trayecto dispensándole agua a la capital, Hermosillo. Afluente que nace en Sonora y muere en las arenas de la Costa de Hermosillo, carece de desembocadura a diferencia de otros ríos.

Este cauce fue motivo de disputa entre Venustiano Carranza y los revolucionarios sonorenses cuando intentaron secar los ingresos que se devengaban limitando la autoridad del Gobernador de la época Adolfo de la Huerta, federalizándolo.

En una visita del entonces secretario de Fomento, Colonización e Industria, Pastor Roaix dio con el argumento que necesitaban:

“Puede decirse que el conflicto entre el Gobierno federal y el Estado de Sonora dio inicio cuando en marzo de 1919, en visita oficial a la ciudad de Hermosillo, Pastor Roaix vio agua represada por un bordo de tierra y consideró la posibilidad de revocar las disposiciones anteriores sobre la propiedad del río”. (María de Lourdes Gonzáles Cabrera: Río Sonora, ¿propiedad estatal o federal? Boletín del Archivo Histórico del Agua. Septiembre- diciembre de 1997).

Agravio que enfureció a los sonorenses ante el atropello de la Federación, posteriormente Carranza es asesinado y el afluente regresa a su condición original.

En 1948 se construye una presa otorgándole sobrevivencia a Hermosillo, en los años 80 se le adiciona una presa para control de avenidas y ante el crecimiento poblacional comienzan los problemas.

Acueductos, pozos profundos, obras de urgencia para ciclos de sequía contemplando soluciones que resultan temporales. Una parte muy importante del agua de este río es usada por Grupo México, quien en 2014 cometió una negligencia contaminándolo con desechos peligrosos. La remediación fue un fracaso, la desconfianza no es gratuita.

Hoy se propone hacer más presas para el sobreexplotado río, un proyecto que se ha modificado en función de las protestas y demostrando que es más capricho que solución, un plan sin vocación social acudiendo a las formas verbales del régimen, hablando en plural y actuando en singular.

El plan original se modifica, de tres presas y un acueducto sólo permanece una presa, para estas administraciones los proyectos ejecutivos no son la ruta sino papel.

La Presidenta fue cuestionada sobre el tema exhibiendo ignorancia sobre la materia y la región, aduciendo que todo se resolverá con una consulta y que los problemas políticos se generan en Hermosillo. Sí, el agua es un tema central en la política pública, aquí no cabe la descalificación.

Hermosillo es protagonista junto a numerosas poblaciones a lo largo del Río Sonora, la inconformidad es general ya que nos abastecemos y subsistimos gracias a este cauce.

El modelo se imita, consultas amañadas como en los proyectos fallidos del aeropuerto o Tren Maya, un asambleísmo dirigido que refleja una permanente pugna con el consenso, modernidad, racionalidad y técnica, la fuerza y cerrazón para edificar embalses existiendo otras posibilidades, siempre indolentes ante ideas divergentes.

La triada opresiva: Federación, Gobierno del Estado e intereses particulares sembrarán la discordia, la consulta resultará un trámite para la imposición. Esto no hará que brote agua de un afluente seco y sobre explotado.

JOAQUÍN ROBLES LINARES es Ex presidente de la Sociedad Sonorense de Historia, colaborador en temas históricos, políticos y culturales distintos medios de comunicación. Ex funcionario cultural, actualmente dedicado a su práctica privada como odontólogo.

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