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Perfeccionar la libertad

Cuántas veces defendemos nuestros intereses, olvidando que la lógica del Evangelio es dar, pues sólo el amor que se vuelve gratuito puede devolver la confianza incluso allí donde todo parece perdido.

José  Martínez Colín

VOZ DEL PAPA

PARA SABER

“La verdadera libertad se encuentra al entregarnos a aquello que amamos, pues sólo en esa entrega desinteresada se libera el espíritu de toda imposición”. Esta frase anónima, resalta que la libertad la tenemos para poder entregarnos por amor. Aunque ejercitamos la libertad al elegir una bebida o decidir a dónde viajar, sólo se perfecciona del mejor modo al entregarse por amor a un bien noble.El papa León XIV encuentra un modelo insuperable de entrega libre por amor cuando Jesús permite que lo arresten en el Huerto de los Olivos. El Evangelio no nos muestra un Jesús temeroso que huye. Por el contrario, nos muestra a un hombre libre, sereno, valiente, que se entrega gratuitamente, manifestando así el amor más grande. Jesús no es capturado: Se deja capturar, y no por debilidad, sino por amor. Ahí descubrimos una esperanza para nosotros: Saber que, aun en los momentos más oscuros, podemos ser libres para amar hasta el final, afirmó el Papa.

PARA PENSAR

San Cipriano, santo y mártir del siglo III, fue un gran escritor romano. Fue ordenado obispo de Cartago. Bajo la persecución del emperador romano Valeriano, Cipriano fue arrestado y condenado a muerte por su adhesión a Jesucristo. En el año 258 fue decapitado. Hay un texto de su libro “Vive tu vida” en donde exhorta a los cristianos arrestados y puestos en el fondo de los calabozos y de las minas, donde fallecían tras lenta y horrorosa agonía. Estas son sus palabras: Una tierra desnuda recibe vuestros miembros rendidos de cansancio; pero no es ningún suplicio el estar tendido en el suelo con Cristo. No tenéis vestidos para el frío que os hiela; mas se está lo bastante cubierto cuando se halla revestido de Cristo. Por consiguiente, cuando estuvieres abrumado por el dolor, clavado en el lecho por la enfermedad, reducido a la nada, aniquilado, aplastado; cuando te hallares convertido en miserable andrajo que ya nada puedes hacer, para volverte a levantar, entonces es cuando debes amar tu flaqueza, aceptarla con la sonrisa, comprender el precio redentor del dolor de «Cristo que padece en ti».

Estos mártires, a ejemplo de Cristo, murieron entregando libremente su vida por amor, alcanzando la Gloria.

PARA VIVIR

La verdadera esperanza no está en tratar de evitar el dolor, sino en creer que, incluso en los sufrimientos más injustos, se esconde la semilla de una nueva vida, que Dios siempre está cerca y su amor nos sostiene y hace madurar en nosotros el fruto de la vida eterna. Nuestros pecados no impiden que Dios nos perdone. Jesús lo mostró al saber que perder la vida por amor no es un fracaso, sino que posee una misteriosa fecundidad. Como el grano de trigo que, al caer en tierra y morir, da fruto.

Cuántas veces defendemos nuestros intereses, olvidando que la lógica del Evangelio es dar, pues sólo el amor que se vuelve gratuito puede devolver la confianza incluso allí donde todo parece perdido. En la vida no es necesario tenerlo todo bajo control. Basta con elegir cada día amar con libertad, para ser felices. Aprendamos también nosotros a entregarnos a la buena voluntad del Padre, dejando que nuestra vida sea una respuesta al bien recibido.

José Martínez Colín es sacerdote, ingeniero (UNAM) y doctor en Filosofía (Universidad de Navarra).

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