La herencia
En materia de seguridad hay muchos actores políticos de la 4T que le estorban a Sheinbaum...

La presidenta Sheinbaum está lidiando con una circunstancia compleja.
Sin poderse quejar, al menos públicamente, enfrenta ahora las consecuencias y los efectos de decisiones que se tomaron o se dejaron de tomar en el sexenio que le antecede, el de Andrés Manuel López Obrador.
El caso de la inseguridad y el empoderamiento de grupos criminales en extensas zonas de territorio mexicano era simplemente insostenible.
Y menos con las fuertes presiones del gobierno de Donald Trump, el presidente de los Estados Unidos que está decidido a cerrar el círculo del control político en su país, para lo que aprovecha una coyuntura que lamentablemente es real, es decir el descontrol de la seguridad en México.
No hay espacio ya para los abrazos, de hecho nunca lo hubo más que en el discurso del ex Presidente, quien sabedor del gran apoyo popular que tenía fue capaz de decir cualquier barbaridad sin sufrir las consecuencias.
Pero quien sí lo sufre es Claudia Sheinbaum, que por convicción o por presión mandó al diablo los abrazos y puso a trabajar a las instituciones de seguridad pública para restablecer el orden perdido, que si bien no se ha recuperado, reporta ciertos avances.
El capital político de Morena podría alcanzar para soportar ciertos embates, pero no todos.
En materia de seguridad hay muchos actores políticos de la 4T que le estorban a Sheinbaum y quizá en el fondo hasta le sirva la exhibida que amenaza con darles a esos políticos el gobierno de Estados Unidos.
Desde que le quitaron su visa a la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila, han tratado de refugiarse en ese pueblo bueno y sabio que tanto mencionan, como si ahí estuviera la solución del problema.
A la Casa Blanca no la interesa qué tan altos sean los índices de popularidad de alguien, igual irán sobre la persona que así les conviene y lo deciden.
Y si no, pregúntenle al famoso cantante Julión Álvarez, que a unas horas de dar un concierto masivo en aquel país, le fue retirada la visa.
En fin, que si se quieren dar baños de pueblo que lo hagan, pero del zarpazo no se salvan.
Adicionalmente, las finanzas públicas siguen comprometidas.
Quizá la Presidenta ya no deba prometer más apoyos sociales, no parece que las finanzas públicas estén para soportarlo.
El ex Presidente duró seis años quejándose del neoliberalismo, al tiempo que se gastaba en programas sociales los cientos de miles de millones de pesos que estaban en los fondos y fideicomisos creados justamente durante esa época de la que tanto se lamentó.
Claudia no, ella no tiene a su disposición esos recursos, le antecedió un gobierno que gastó más de lo que generó, aunque públicamente no lo dirá nunca porque afectaría al movimiento político que la impulsa. Se entiende.
Y ahora la CNTE, otra herencia.
La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación le ha sitiado a Sheinbaum la capital del País, incluidas dos horas en el Aeropuerto Internacional.
Fue también en el sexenio pasado que los maestros adheridos a esta Coordinadora tuvieron el suficiente oxígeno para recuperar el poder que habían perdido en el sexenio de Enrique Peña Nieto, sobre todo a raíz de la reforma educativa que AMLO tiró a la basura.
Pactaron con ellos para llegar a la Presidencia en 2018 y a partir de entonces renacieron, consiguieron poder político y acceso a recursos públicos que ahora utilizan para desestabilizar al Gobierno federal. Ellos solitos se dieron ese balazo en el pie.
Y así van a ir brotando otra serie de broncas que le fueron heredadas a la doctora.
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