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Aprovechando

Los resultados del hoy ex secretario de Seguridad no fueron malos y se anticipa que los que tengamos en el futuro tampoco lo serán.

Sergio Valle

Ningún sentido tiene ignorar el problema que hoy y desde hace muchos años significa para los gobiernos el sistema carcelario, pomposamente llamado sistema de reinserción social. Entiendo que hay esfuerzos que deben reconocerse para que quienes se encuentran privados de su libertad por haber cometido un delito puedan reincorporarse a la vida productiva dentro del margen de la ley. Que sean personas de bien pues.

Los esfuerzos para recuperar ciudadanos que por las razones que sea se han perdido en el camino, siempre deben ser reconocidos. Pero tampoco podemos dejar de ver el elefante en la sala. Obviamente me refiero al grave problema de corrupción, tráfico de influencias, de drogas, de alcohol, de sexo y quien sabe de cuántas cosas más que se logra documentar al interior de las cárceles en varias regiones del País. Pero Sonora no era referente en ese tema, hoy lamentablemente lo es.

Estamos muy lejos de llegar a un nivel en qué grupos criminales gobiernan las cárceles, como sí sucede en otras entidades. Pero la fuga de un importante objetivo criminal de las autoridades mexicanas y estadounidenses del Cereso 1 de Hermosillo viene a ser una alerta de que se requiere una intervención a fondo, cosa que ya está sucediendo.

Hace poco murió una joven mujer que entró de forma irregular a una visita supuestamente conyugal. Antes de eso se reportó la muerte de reos por sobredosis de drogas en el Cereso de Cajeme, en tiempos de María Dolores del Río al frente de la SSP. No es una crisis, pero más vale una revisión a tiempo y a fondo.

Los operativos y las investigaciones para que caigan los autores intelectuales y materiales de esa fuga van con todo y no se espera menos. Los grandes y certeros gol pes asestados recientemente a grupos criminales que operaban en el Norte de Sonora no se deben ver opacados por un hecho como este. Ya se reportan carpetas de investigación abiertas, pesquisas y detenciones.

Según las versiones palaciegas, esa fuga no provocó pero sí adelantó la renuncia de Víctor Hugo Enríquez como secretario de Seguridad Pública, misma que ya había presentado pero que aún no se haría efectiva.

Las intrigas y patadas debajo de la mesa en el tema de seguridad pública son un lujo para el que no estamos. Por otro lado, la decisión de poner en lugar de Enríquez al capitán Braulio Martínez se ve muy acertada, dada su estricta formación y disciplina, pero sobre todo por su cercanía con el gobernador Durazo.

Los resultados del hoy ex secretario de Seguridad no fueron malos y se anticipa que los que tengamos en el futuro tampoco lo serán. En torno a la fuga, el foco queda en la figura del fiscal Salas y los resultados que hoy se le exigen para esclarecer los hechos y recapturar a la persona que se fugó.

NAPO LA PIERDE…POR FIN

Esta semana queda en firme un laudo que obliga a Napoleón Gómez Urrutia a entregar a los trabajadores que se supone que debía defender, los 55 millones de dólares que recibió desde que la mina de Cananea fue privatizada.

El dinero es para los trabajadores y la verdad es que ese señor nunca ha trabajado, al menos en una mina. Pero se quedó completitos todos esos dólares y se negaba a regresarlos. Consentido aún del sistema, Gómez ocupa una diputación federal desde la que tampoco ha hecho nada por los mineros, como no lo hizo en sus seis años de senador.

La pregunta es: ¿Dónde estarán esos 55 millones de dólares que le pertenecen a los trabajadores y no al sindicato? Me parece que la 4T le debe más a los obreros que mal representa Gómez Urrutia, pero no a él. Y es por eso que desde el mismo partido que lo cobija, deberían presionarlo para que atienda ese laudo y entregue ese dinero a quienes realmente lo merecen, es decir a los trabajadores de la mina.

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