¿Eres consciente de que tu vida se organiza en función de una idea disparatada?
¿Y tú? ¿Sabes cuál es tu picaporte? ¿Esa idea disparatada sobre la que gira toda tu vida?
Historias demasiado humanas
Un millonario decide hacer la mansión de sus sueños, para lo cual convoca a los mejores estudios de arquitectura y diseño del país.
La cita es en las opulentas oficinas del potencial cliente, en un piso 62. El marco no puede ser más imponente: Una vista magnífica de toda la ciudad a través de esos inmensos ventanales que van desde el piso al techo, una colección invaluable de arte, y una mesada de mármol de carrara de muchos metros de largo.
Los ocho arquitectos convocados se conocen. Conversan animadamente aunque en el fondo existe cierto nerviosismo porque saben que están compitiendo por un único premio.
En forma sutil y sin exponer su propia debilidad, cada uno trata de ver si consigue algo de información sobre el proyecto, porque la convocatoria fue misteriosa. Sin embargo, nadie sabe nada.
Las preguntas más elementales sobrevuelan las mentes y los corazones de esas estrellas de la arquitectura:
¿Cuáles son las características y ubicación del terreno? ¿Qué tipo de casa imaginará? ¿Cuántos niveles debiera tener? ¿Cómo pensará la sala de estar y el comedor? ¿Qué número de habitaciones necesita? ¿Cuántos baños, y cuáles en suite? ¿Deseará piscina? ¿Infinita, o de qué tipo? ¿Jardín? ¿De qué estilo? ¿Qué cocina querrá? ¿Le gustará tener una cava? ¿Cuántas cocheras?
Los interrogantes son infinitos pero se terminan cuando el millonario entra a la sala de reuniones. Los saluda cordialmente a cada uno, y se sienta en la cabecera.
Todos esperan que realice una presentación, o al menos, describa las consignas con las cuales tendrán que empezar a trabajar en el proyecto.
Nada de eso ocurre.
Con la mirada en el horizonte de la ciudad, el millonario mete su mano en el bolsillo derecho y saca un viejo picaporte oxidado. Lo apoya en la mesa y mirándolos fijamente a todos, les dice:
-”Este picaporte es muy importante para mí. Por lo cual, les pido que diseñen toda la casa en función de este picaporte. Los detalles sobre la ubicación del terreno, la cantidad de plantas, habitaciones, y demás información, la verán con mi asistente”.
Ante el desconcierto de todos los arquitectos, se pone de pie, los saluda, y da por terminada la reunión.
¿Puede haber algo más absurdo que pensar una casa en función de un picaporte?
Y sin embargo, ¿no es un poco la historia de nuestras vidas?
¿Acaso nuestra vida no gira en función de algo desproporcionado, delirante, absurdo?
¿No es así, cuando la vida está en función de ser millonarios? ¿En la idea que recién cuando tengamos suficiente dinero podremos vivir tranquilos?
¿O en la necesidad de ser famosos, convencidos que recién cuando todos nos reconozcan y admiren, podremos sentirnos en paz, valorados como nos merecemos?
¿Es esta historia muy diferente a nuestra obsesión por controlar la vida de nuestra pareja, exigiendo que sea como estamos convencidos que debe ser? ¿Por qué no podemos dejar al otro en paz, y sobre todo, vivir nosotros mismos en paz?
¿No nos pasa algo parecido cuando pretendemos un cuerpo perfecto, así podemos impresionar a los demás, sin medir lo que nos sobre exigimos con dietas restrictivas o incansables horas en el gimnasio? ¿O cuando rechazamos algo tan inexorable como nuestro envejecimiento?
¿Es distinto al anhelo de poder, que conlleva pisotear a infinitas personas, ignorar afectos, sólo por lograr el objetivo de sentirnos importantes, y reparar el probable maltrato que vivimos cuando éramos chicos?
Las preguntas pueden no tener fin.
Y resulta que nuestras vidas no son mucho más razonables que las de este millonario. No somos menos delirantes.
¿Y tú? ¿Sabes cuál es tu picaporte? ¿Esa idea disparatada sobre la que gira toda tu vida?
Juan Tonelli. Autor de “Un elefante en la habitación, historias sobre lo que sentimos y no nos animamos a hablar”. Conferencista.
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