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Sonora, segura para hacer política

En el Sonora actual el saldo de violencia electoral y política es totalmente blanco.

“Asesinan a Gaytán, candidata a la alcaldía de Celaya”; “Descuartizan en Acapulco a candidato y su esposa”; “Atacan en Chiapas a dos candidatos, tres personas de su equipo murieron, entre ellos el director de la Policía Municipal”.

Estos son sólo algunos de los encabezados de prensa que forman parte de la difusión respecto de la violencia electoral que, según datos que circulan, en nuestro País ha cobrado la vida de aproximadamente 31 candidatos y un elevado número de bajas colaterales en el actual proceso comicial.

No podemos olvidar que en el año 2012, durante el Gobierno de Guillermo Padrés, ocurrió en Sonora el lamentable asesinato del candidato ganador a diputado local Eduardo Castro Luque y, posteriormente, en el proceso electoral del año 2021, siendo fiscal general de Justicia, Claudia Indira Contreras, fue cobardemente ejecutado en plena vía pública y precisamente haciendo campaña el ex procurador general de Justicia y en ese momento candidato a presidente municipal de Cajeme, el licenciado Abel Murrieta Gutiérrez.

Cabe señalar que en el transcurso del proceso electoral del año 2018, siendo el suscrito fiscal general de Justicia del Estado de Sonora y el licenciado Adolfo García Morales secretario de Seguridad Pública de nuestra entidad, no se suscitó crimen alguno en contra de candidatos. Pero esto no fue obra de la casualidad o del destino. Fue producto del trabajo de inteligencia estratégica y profesional que se desarrolló para prevenir, y de esa manera desarticular, cualquier intento que hubiese de perturbar la seguridad y la tranquilidad de todos aquellos que buscaron cargos de elección popular.

En el Sonora actual el saldo de violencia electoral y política es totalmente blanco y, me parece, que haciendo una inevitable comparación con lo que sucede en otras entidades federativas del País, debemos valorar y justipreciar la libertad y despreocupación con las cuales los actuales candidatos pueden hacer campaña buscando el voto popular a lo largo y ancho de nuestro Estado, tanto circulando por sus carreteras como realizando eventos en sitios públicos o particulares en los que hay concentración masiva de gente.

Pero el ambiente de seguridad electoral que actualmente campea en Sonora, estoy cierto, no es producto de la suerte o de la fortuna, sino más bien, de las acuciosas y eficaces labores de prevención y desarticulación de potenciales agresiones a candidatos y a sus respectivos equipos de campaña que realizan los integrantes de la Mesa de Seguridad de nuestra entidad bajo el liderazgo del gobernador Alfonso Durazo. Hay resultados de los que en ocasiones no se hace alarde, pero que son evidentes y se sienten, como estimo ocurre en el presente caso.

Acertadamente se dice que no se aprecia lo que se tiene hasta que se pierde, y, en tal orden de pensamiento, considero que es de reconocerse el ambiente de paz y civilidad que percibo existe en el actual proceso electoral en lo que hace a Sonora, circunstancia de la cual, como ya vimos al inicio de esta entrega, no pueden jactarse muchas de las entidades de nuestro País.

Apreciemos y reconozcamos en su justa dimensión esta atmósfera propiciada en gran medida por el trabajo de nuestro Gobierno estatal y no esperemos a perderla para hacerlo o recordarla como puede suceder si no se da continuidad a esta discreta, pero muy eficiente labor de seguridad a favor de quienes hoy participan en actividades político-electorales y de la ciudadanía en general.