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Siete domingos

Mañana domingo 21 de abril estaremos a siete semanas de las elecciones para la Presidencia

Mañana domingo 21 de abril estaremos a siete semanas de las elecciones para la Presidencia, las legislaturas, algunas gubernaturas y muchas alcaldías. Apenas 42 días. Muy poco tiempo que parecerá demasiado, porque en esta ocasión estamos sufriendo embates constantes de mentiras, calumnias y hasta insultos por parte de algunos exaltados que, en su afán de ganar, o de obstaculizar al rival, han puesto en entredicho un proceso que quisiéramos apegado a los cánones de la democracia que hemos intentado construir, a veces con dificultades extremas, desde hace por lo menos seis décadas.

Impresiona constatar que entre los asesores de la candidata de la coalición PRIANPRD, un personaje que presume de intelectual no haya tenido reparos en afirmar que lo que se debe hacer para contrarrestar a una rival que lleva una muy cómoda ventaja, es hacer “una guerra sucia, pero sucia en serio…” O que otro presunto consejero, impresentable y bastante vulgar en sus intervenciones, haya insistido que lo que se debe hacer es “mentir, mentir y mentir.” Chocante manera de concebir y desvirtuar una dinámica que debería ser una apelación a la conciencia y la inteligencia que pretende cimentar acuerdos entre las mayorías para darnos una forma razonable de gobernarnos.

Antes del inicio oficial de las campañas ya se había desatado una escalada en las redes sociales, sobre todo en la ahora llamada X, propiedad de Elon Musk, que antes era Tuiter, para sembrar la noción de que el presidente López Obrador es aliado del narcotráfico, y lo mismo se afirmaba de la candidata de Morena.

En un periodo muy corto, al inicio del año, se inundaron las redes con “bots” de carácter denigrante y calumnioso, llamando al ejecutivo “narcopresidente” y a la candidata de su movimiento “narcocandidata”. Un bot es “una aplicación de software automatizada que realiza tareas repetitivas en una red. Y que sigue instrucciones específicas para imitar el comportamiento humano, pero es más rápida y precisa.” Se trata de un mensaje corto, contundente y ofensivo que intenta sembrar entre la ciudadanía una confusión que sirva a sus fines, electorales se podría pensar, pero que van mucho más lejos y que incluyen recuperar privilegios y prebendas sustentadas desde antiguo en la exclusión social y económica de las mayorías que ahora apoyan al ejecutivo.

En el transcurso de unas semanas la red X se inundó con 140 millones de mensajes, casi todos iguales con algunas diferencias significativas, pues algunos de ellos, millones igualitos, tenían la misma falta de ortografía, lo que apunta a algún operador poco ilustrado y a la repetición automática del mensaje y del gazapo. Es interesante comprobar que los bots, en su mayoría, no salieron de suelo mexicano: el 29% provino de Argentina, el 14%, de España, un 7% son colombianos, y el 43% se originó en nuestro país. En el caso de los bots de apoyo a Xóchitl Gálvez, el 59% son argentinos, el 38%, mexicanos y 3% estadounidenses.

En Internet se pueden encontrar empresas digitales dedicadas a vender entradas en X, o sea tuits, al por mayor. De la misma manera pueden vender “likes”, “amigos”, “seguidores” que inflan la supuesta influencia del emisor, y le conceden mayor valor, ficticio, a sus opiniones o dichos. En Argentina hay menos control de estas actividades y ahí se pueden comprar mil bots o “likes” por $900 o hasta $430 pesos, en sitios de internet como likesmexicanos.com, y otros similares. Calculen el gasto: 140 millones de tuits a $400 el millar, son alrededor de sesenta millones de pesos.

En algunos millones de bots AMLO aparece como “narcopresident”, sin la e final; en otros millones se refieren a Claudia Sheinbaum, como Sheimbaum y candidada, y en algunos millones que apoyan a Xóchitl, la llaman Xochilt: Ni con ella atinan a ser cumplidores.

Si el apelar a la ciudadanía de algunos políticos consiste en insultar y mentir, me temo que tendremos siete semanas más bien desagradables.