Las reformas…

BATARETE

Esta semana el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó al Congreso dos decenas de propuestas, un tanto variopintas, con las que pretende establecer una especie de ruta crítica para el País y los gobiernos que vendrán. La mayoría son reformas a la Constitución, algunas no tan adecuadas para ese nivel; otras sí parecen urgentes por más que resulten difíciles de lograr en corto, y quizá mediano plazo. Pero sin duda pertinentes y muy convenientes.

La intención, afirma, es revertir las medidas emanadas de los gobiernos neoliberales que cargaron a la mayoría de los mexicanos con el peso de una recuperación que fue lábil y heterogénea, y permitió una desigualdad económica mayúscula con unos pocos super ricos y dos terceras partes de los mexicanos en el nivel de pobreza. Ahora, los detractores del Presidente quieren endilgar a su Gobierno una polarización que inició desde tiempos de Carlos Salinas.

Las medidas para mejorar la vida de las mayorías son urgentes: Plantear el derecho de todo adulto mayor de 65 años a una pensión digna que se ajuste anualmente, resulta de justicia después de décadas de disminución constante de los jornales mínimos; es inaplazable, por más que tome años lograrlo cabalmente.

Colocar en lo constitucional el incremento al salario mínimo en niveles superiores, o iguales, a la inflación anual reactivará el mercado interno y permitirá consolidar una franja amplia de consumidores de bienes básicos y servicios.

Igualar los sueldos de los servidores públicos de educación, seguridad, salud y defensa, al promedio de los inscritos en el IMSS, resulta razonable y justo. También la posibilidad de dotar de vivienda a los trabajadores, mediante el arrendamiento por 10 años y que puedan comprarla y hacerla suya en ese plazo, favorece la estabilidad familiar y una buena vida.

Conviene reducir el tamaño de las legislaturas, pero no eliminar completamente las plurinominales; y la elección de los ministros de la Suprema Corte no necesariamente plantea una solución apropiada.

Impulsar el uso de las vías férreas para transporte de pasajeros es conveniente y necesario: Prohibirlo fue una de las medidas erradas de los gobiernos neoliberales.

Colocar a la Guardia Nacional bajo la Secretaría de la Defensa fortalece al Ejército y refuerza las críticas que ha recibido el Presidente: Falta claridad.

Reformar el régimen de pensiones es urgente: El actual condenó a los trabajadores, afectados desde los 80 por remuneraciones inferiores a la inflación, a vivir sus últimos años con entradas menores a lo poco que ganaban. Dejar de trabajar por edad o enfermedad era una condena a vivir en más pobreza el resto de su vida.

La atención médica gratuita para todos se logra en algunos países europeos, sobre todo los escandinavos, y resulta complicado, pero la aspiración es legítima a mediano o largo plazo. Mantener las becas para los jóvenes estudiantes durante su periodo de formación, pretende incrementar el promedio de escolaridad y educación de toda la población.

Muy importante resulta el reconocimiento de los pueblos indígenas y afroamericanos como sujetos de derecho público, y respetar su identidad, usos y costumbres: Lograr desarrollo adecuado y una vida digna es algo postergado desde antiguo.

Resulta importantísimo es que, en las zonas con escasez de agua, sólo se autoricen concesiones para uso doméstico, para terminar así con la competencia desleal de ciertas industrias por el uso del líquido.

El paquete incluye otras iniciativas y conviene darles respaldo legal. Prohibir la minería a cielo abierto es necesario para el manejo adecuado del medio ambiente y el paisaje, y para proteger la salud de la población de las regiones colindantes. El maltrato animal debe desterrarse y castigarse, sin duda: No necesita estar en la Constitución. Lo mismo sucede con la venta de los vapeadores, que son una amenaza a la salud y conviene prohibirlos junto con los transgénicos.

Es un paquete muy diverso que incluye aspectos urgentes. Habrá que ver, en tiempos de campañas, cómo se reciben y las polémicas que generará…

Ernesto Camou Healy es doctor en Ciencias Sociales, maestro en Antropología Social y licenciado en Filosofía; investigador del CIAD, A.C. de Hermosillo.