Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas / Columna Sonora

Un joven candidato

Las tolvaneras revolucionarias empezaron a disiparse en los primeros años treinta del siglo XX.

Las tolvaneras revolucionarias empezaron a disiparse en los primeros años treinta del siglo XX. El año de 1929 fue crítico para el País y Sonora, los problemas que enfrentó la Nación y aquel poder revolucionario serían numerosos.

Estallaba una profunda escisión entre aquellos antiguos aliados que se veían enfrentados en una revuelta: La escobarista. Había llegado a la presidencia de la República un interino -abogado y experimentado político- que sorteaba los conflictos con cautela: Emilio Portes Gil.

Se agravaba un conflicto religioso creciente y violento, se desataba una huelga universitaria con repercusiones nacionales e iniciaba una campaña política que presentaba muchas dificultades. Todo acechando a aquel poder construido y ejercido por Elías Calles, quien no estaba dispuesto a cederlo.

La contienda política que se iniciaba en aquel año tumultuoso venía sostenida por una fuerza política novedosa, integrada por cientos de grupos, personalidades, partidos y corrientes, mayormente de origen revolucionario. Sin embargo, el candidato Pascual Ortiz Rubio, era impopular y poco atrayente.

En Sonora, aquella rebelión en contra del poder presidencial hizo agua, fracasó estrepitosamente y resultó en un descalabro y desbandada local, el gobernador Fausto Topete -quien había abrazado aquel levantamiento-, tuvo que refugiarse en los Estados Unidos. Como consecuencia de aquella postura, Topete perdió el poder y la tierra.

Todos los conflictos que se presentaron previamente se fueron resolviendo y en Sonora, Francisco S. Elías, se hizo cargo de aquella administración trunca, borró todo vestigio de aquella frustrada rebelión y preparó el terreno local -para cuando iniciara la década-, arribara a la entidad un joven candidato de 31 años, quien ya electo, se haría cargo del Estado a partir de 1931, Rodolfo Elías Calles (1900-1965).

En palabras de los testigos de aquellos días, la llegada de Rodolfo Elías calles al poder estatal, fue una designación más que una elección. Se modificó por vez primera la Constitución de Sonora para ajustar la edad y así, sin contratiempos, convertirse en Gobernador. Fue el primer candidato en Sonora que compitió bajo las siglas del PNR, sorprendentemente resultó un político revelador y en algunos casos de vanguardia.

Cometió errores que a la distancia emergen indiscutiblemente. La campaña antichina en la cual se perpetraron abusos y violaciones, además del agudo conflicto económico que desató. Otro desacierto fue la intensificación del problema religioso en la entidad, provocó atropellos y una enorme indignación social, paradójicamente incentivó la admiración y el respeto a la figura del obispo Juan Navarrete, por la sólida defensa de su institución.

El joven mandatario se distinguió por ser proclive a la organización sindical, privilegió el corporativismo en el Estado, pero también las organizaciones gremiales que estaban en la defensa de sus derechos. Es importante destacar que era un personaje con carácter, alejado de la imagen del junior.

Rodolfo Elías Calles fue un entusiasta de la candidatura de Lázaro Cárdenas, lo acompañó en sus giras y previo a la elección de Cárdenas por el partido, el michoacano tuvo un oponente, Adalberto Tejeda, este no pudo hacer plena campaña en Sonora ya que fue obstaculizado por Elías Calles.

Casi por concluir su cuatrienio, se integró al gabinete federal, será poco tiempo, ya que al revelarse la fractura entre Cárdenas y Calles es obligado a la renuncia.

Rodolfo Elías Calles será durante décadas una opinión importante en la política sonorense. Rechazó ser senador por Sonora ya que no le pareció su compañero de fórmula y sería el primer ex Gobernador en ser posteriormente presidente municipal.

Hoy las personalidades políticas son distintas. ¿Alguien rechazaría una senaduría por principios?

Temas relacionados