Abre bien los ojos antes de elegir pareja
Antes de elegir pareja, piensa ¿qué quieres?
Tenía 17 años cuando leí en algún libro que una de las decisiones que más impacto tendrían en nuestra vida, era con qué tipo de persona nos íbamos a casar. Recuerdo perfecto ese día porque saqué un cuaderno y anoté las características que esperaba tuviera mi futuro esposo.
La primera característica que escribí fue: Trabajador. Yo quería un hombre que pudiera darme la vida que yo quería tener. Muchas personas pensarían que eso es interés, yo creo que es amor propio. Yo no quería un hombre flojo porque yo tampoco era una mujer floja y pensé que merecía lo mismo que yo estaba dispuesta a ofrecer.
La segunda característica fue: Amoroso. Sí quería un hombre capaz de demostrar sus sentimientos. No quería una persona incapacitada para dar y recibir amor.
Después me enfoqué en lo que no quería.
No quería un borracho. Quería alguien que supiera controlar cuánto bebía.
Tampoco quería una persona irresponsable. No quería cargar con una víctima que no asumiera su responsabilidad.
Esa era mi lista. Empecé a tener novios. Siempre me daba un mes de prueba para conocerlo y ver si cumplía con lo que yo necesitaba.
En una ocasión salí con un joven muy apuesto. Me encantó físicamente y parecía muy divertido. Fuimos a una reunión y no dejó de tomar alcohol hasta que ya no podía hablar bien. Balbuceaba. Me despedí y no volví a salir con él. Después tuve otro novio a quien de pronto expulsaron de la universidad porque había reprobado. Él inmediatamente empezó a responsabilizar a los maestros y me di cuenta que aparte de flojo se victimizaba. También dejé de salir con él.
Así salí con varias personas, pero no duraba mucho porque los evaluaba y si no cumplían con mis expectativas yo los soltaba antes de enamorarme.
Yo pienso que eso debemos enseñar a nuestros hijos, a elegir bien. A hacer una lista de lo que quieren y lo que no quieren en su vida. A salir, conocer y evaluar a la persona con la que están saliendo, antes de dejarse llevar por lo que sienten. Muchas personas se dejan llevar por la atracción física, se enamoran, idealizan a la persona con la que están e ignoran los defectos de la persona amada. Muchas veces sí ven lo que no les gusta, pero siempre entra el pensamiento mágico de: “Yo haré que cambie”. Cosa que nunca sucede y por lo general el defecto se vuelve más grande.
He tenido muchos y muchas pacientes que me dicen: “No sabes cómo es la pareja que me tocó”. Yo siempre les respondo: “No, no te tocó, no te la ganaste en una rifa, tú la elegiste”.
Mi consejo para todos los jóvenes es: Escribe lo que quieres y no quieres de tu futura pareja, abre bien los ojos al momento de conocer a las y los candidatos y si no cumplen con tus requisitos, aunque sientas maripositas en el estómago, aléjate pues no te conviene.
Antes de elegir pareja, piensa ¿qué quieres?
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