La ciudad de los mezquites
En Hermosillo debemos aspirar a reforestar con base en nuestra realidad: Lo más que llueve son 300 milímetros al año...
La vegetación urbana en Hermosillo es la de una ciudad como si lloviera.
Cuatro de cada 10 árboles sembrados en las banquetas son olivo negro, especie nativa de Bahamas, Cuba, Haití, Jamaica y Puerto Rico, países donde crece de manera natural gracias a su precipitación anual de entre 750 y 1 mil 400 milímetros; y la benjamina, originaria de la India y que requiere de 900 milímetros de agua de lluvia en promedio al año. En nuestra ciudad si acaso llueve anualmente entre 200 y 300 milímetros.
Según una investigación de El Colegio de Sonora, en las banquetas de Hermosillo hay 70 distintas especies de árboles, de las cuales 18 son nativas; en los jardines frontales de las casas existen 82 especies diferentes de árboles y sólo el 14% es nativo.
La ciudad tiene 692 parques y sólo el 27% de su superficie total es verde. Por cada hermosillense hay 4.2 metros cuadrados de áreas verdes, según datos del último reporte de la organización “Hermosillo, ¿cómo vamos?”
Además del olivo negro y la benjamina, el paisaje urbano está compuesto del yucateco, originario de la India; la ceiba, de América del Sur; la grevillea, de Australia; el árbol del fuego, de Madagascar; y el naranjo agrio y el neem, del Sureste de Asia, entre otros.
El común denominador de estas especies exóticas es que no sobrevivirían en el jardín o en la banqueta de una casa abandonada y tan sólo hay que hacer el ejercicio de observar viviendas desocupadas… ¿qué especies sobreviven? mezquites, palmas, paloverde, tepehuajes, cenizos, sahuaros y cactus. Las especies exóticas requieren del riego humano y las especies nativas sólo de la poca agua de lluvia que cae en la ciudad.
El bosque urbano de Tucson, Arizona, está compuesto por especies nativas, su paisaje es hermoso y congruente con la cantidad de agua que existe ahí. En Hermosillo debemos aspirar a reforestar con base en nuestra realidad: Lo más que llueve son 300 milímetros al año y debemos tener especies que se sostengan naturalmente del agua de la lluvia.
El punto de inflexión comenzó en 1999 cuando la presa Abelardo L. Rodríguez se secó e inició una severa crisis de falta de agua, llegando incluso a los famosos “tandeos”. Ya no era sustentable mantener a los yucatecos, los árboles del fuego o las pingüicas.
Tuvieron que pasar más de quince años para que una ley nos dijera con qué especies debemos reforestar, pues la Ley Árbol data de 2016 y la Norma Técnica para Infraestructura Verde es de 2018, textos que obligan a la reforestación sustentable, es decir, introducir especies nativas en parques y banquetas, aunque todavía el vivero municipal sigue ofreciendo plantas exóticas o tropicales como el olivo negro o el neem, claro también tiene mezquites y paloverde.
Por cierto, un dato que buscó corroborar el investigador Luis Alan Navarro Navarro, de El Colegio de Sonora, y de quien estoy tomando los datos que le presento en esta columna, es dónde están los 400 mil árboles que los ayuntamientos han informado que han plantado en los últimos doce años. Y es que de acuerdo con los informes de Gobierno, los últimos cuatro ayuntamientos han plantado medio millón de árboles que no los tiene Hermosillo.
Dice el investigador Navarro que plantar un árbol es una inversión a largo plazo porque mitiga el calor, amortigua el polvo y el ruido, y es un sitio de convivencia, pero éstos no deben de competir por el agua y eso se resuelve plantando especies nativas o de bajos requerimientos hídricos.
Las especies que recomienda este académico son todos los tipos de mezquite y paloverde, la palma de California, el tepehuaje, el sahuaro, el cactus y el cenizo.
Un árbol nativo recién plantado debe de recibir la ayuda del humano los primeros tres años, me dijo, y luego sobrevivir de manera natural con el agua de las precipitaciones.
En Hermosillo, por lo tanto, debemos dejar de añorar ser “la ciudad de los naranjos” para convertirnos por qué no en “la ciudad de los mezquites” o “la ciudad de los paloverde”… El bosque urbano de la capital de Sonora debe parecerse más al de Tucson o al de Phoenix que al de una cuidad de clima tropical.
En Hermosillo despreciamos una vegetación que en otras ciudades del mundo es aprovechada para embellecer y por ser sustentable.
*Juan Carlos Zúñiga es director de Noticias de Uniradio. Premio Nacional de Periodismo 2002. Conductor del noticiero Reporte 100 por Stereo 100.
@juanczuniga
Correo: jzunigaquiroga@outlook.com
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