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¿Periodismo o negocio?

La crisis que vive el periodismo no es sólo en materia de seguridad. Se suma la falta de credibilidad o periodismo a la carta que, toda la vida, en México se practica.

La crisis que vive el periodismo no es sólo en materia de seguridad. Se suma la falta de credibilidad o periodismo a la carta que, toda la vida, en México se practica. Pero, hoy, un Presidente de la República decidió desnudar a las empresas y periodistas pro Gobierno. Estimula el debate sobre contenidos de medios. La salida es empresarios de medios y periodistas que crean en el oficio primero sobre el dinero. Lo digo por experiencia propia. Revisemos la historia. A principios del siglo pasado el periódico “Regeneración” de Ricardo Flores Magón era un medio anti sistema contra el régimen de Porfirio Díaz. Fue financiado por Francisco I. Madero, como lo relata Enrique Krauze en la “Biografía del poder”. En 1976 Julio Scherer, Miguel Ángel Granados Chapa y Vicente Leñero decidieron renunciar a Excélsior por la censura de Luis Echeverria y crearon Proceso. Un modelo de negocio que privilegió el periodismo por encima del dinero. Que cuestionó al poder. Decía lo que la mayoría de medios en México callaba sobre excesos del Gobierno. En 1984 nació el periódico La Jornada. Un medio de ideología izquierdista. Privilegió la visión critica como negocio y funcionó. Hasta los últimos años que ha tenido problemas financieros al crecer la estructura laboral y física. En 1993 Reforma llega a la Ciudad de México como contrapeso al poder. Con una visión empresarial que privilegió el periodismo por en cima del dinero público. Alejandro Junco adoptó la filosofía de Katherine Graham editora del Washington Post que, en 1972, dieron ejemplo mundial de que al margen de las relaciones cercanas al poder estadounidense en la toma de decisiones de temas trascendentes estuvieron del lado de los lectores. Estos cuatro medios tienen algo en común: Sus fundadores y propietarios son periodistas comprometidos. Hicieron negocio pensando en el periodismo. No periodismo pensando en hacer negocio para enriquecerse como sucede en la mayoría de los casos en México con los dueños de concesiones de radio y televisión que son propiedad del Estado. Desde ahí se pervierte la relación. Desde su origen. En la mayoría de los grandes medios de comunicación es el presupuesto público el que manda. De ahí se pagan nóminas, se construyen fortunas para dueños de comunicación, no los empleados, y los ejemplos cunden en Sonora y cualquier parte. Con la era del Internet se cayeron los medios todo poderosos. Nació hace casi nueve años Animal Político. Puso el ejemplo de cómo sí se puede ser un medio influyente a nivel nacional sin vivir del poder público. Sus ingresos, en el 2018, del presupuesto público fueron el 15%. El PRI de Enrique Peña Nieto intentó aniquilar a Carmen Aristegui por la publicación de la “Casa Blanca”. Carmen y su gente fueron expulsados de la radio. Pero creó su propio modelo de negocio: Un estudio de Internet y portal de noticias que es de los más visitados de México. Ahora fue llamada para hacer periodismo desde una radio con absoluta libertad. Batalló y formó su propia empresa con otra visión que privilegia primero el periodismo luego el negocio. Eso hicimos en Proyecto Puente hace nueve años. Vimos que se necesitaba en Sonora tener medios con visión diferente. Juntamos un grupo de profesionales y propusimos un modelo de colaboración con radios. En mayo del 2017 por presiones de Ricardo Mazón nos fuimos de la radio porque no se podía criticar a Manlio Fabio Beltrones ni al Gobierno del PRI. Renunciamos al rating. Decidimos empezar de nuevo. Rescatar nuestro origen. Y funcionó. Nos fue mejor. Seguimos el ejemplo de Carmen y Daniel. Nos ayudaron empresas. Encontramos nuevos aliados que no dependen de los gobiernos, Megacable, y hacemos negocio pensando en el periodismo. Estos son nuestros valores de trabajo de las 20 personas que conforman la empresa: El periodista tiene un deber de no ocultar la verdad. No mentir. Eso hacemos. No ocultamos actos de corrupción ni excesos de cualquier Gobierno o instancia. Pero reconocemos lo bueno venga de donde venga. El 25% de nuestros recursos es de gobiernos. Eso no define nuestra línea editorial. No es ilegal ni anti ético que un medio reciba dinero público. Pero no se debe sujetar a ocultar la verdad. Urge que cambien las reglas del juego: Que cada peso invertido en medios de comunicación se justifique y transparente. Que sea a medios de impacto. Que se bajen los montos millonarios que mantienen a grandes medios. Que cambien las reglas del juego. Basta de derroche millonario de dinero público para comprar periodistas. Que siga el debate.

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