Si Héctor Espino viviera...
Era una salida fácil: Vender estadios, bienes del Estado, de los ciudadanos, para pagar deudas y falta de resultados y malos manejos financieros de funcionarios de dos sexenios: Los panistas y actuales priistas en el poder estatal en Sonora.
Era una salida fácil: Vender estadios, bienes del Estado, de los ciudadanos, para pagar deudas y falta de resultados y malos manejos financieros de funcionarios de dos sexenios: Los panistas y actuales priistas en el poder estatal en Sonora. Cuando la administración de Guillermo Padrés anunció lo mismo que el Gobierno de Claudia Pavlovich fue similar la reacción que hoy, pero más intensa porque fue después de anuncio del intento de volver a cobrar la tenencia. Hace cinco años se argumentaba lo mismo. Los sonorenses no estuvimos de acuerdo en que para tapar un hueco financiero del pago de pensiones a trabajadores del Estado se vendieran estadios. Padrés fue más allá en medio de la polémica: Prometió aplicar la Ley de Participación Ciudadana para que la gente decidiera si se vendía el Héctor Espino de Hermosillo. No se hizo el ejercicio como tampoco se ha realizado en este sexenio. El argumento con los panistas y con priistas era igual ayer y hoy: En Estados Unidos, por ejemplo, decían, el Yankee Stadium se derribó para construir uno nuevo y no hubo protestas ni problemas. ¿Cómo era posible que en Sonora se escandalizaran en vender un estadio como el Héctor Espino que ya no se utiliza? Sí, pero lo que no dicen los funcionarios es que en nuestro País vecino se tumban y se construyen estadios, de 400 millones de dólares para un Super Bowl con impuestos pagados de ciudadanos mientras que en Sonora querían hacerlo al revés: Por mala administración de impuestos que paga la gente los gobiernos querían vender inmuebles patrimonio de los ciudadanos. La lógica patrimonialista del poder de que son dueños de todo mientras estén al mando del Gobierno. Hay que celebrar la buena relación de Claudia Pavlovich con el presidente Andrés Manuel López Obrador que parece ser se está convirtiendo en resultados sus gestiones. Pero fue primero por la presión de ciudadanos y medios de comunicación.
En Palacio de Gobierno reaccionaron de forma autoritaria cuando Priscila Cárdenas, periodista de Proyecto Puente, especializada en investigación se atrevió a preguntar a AMLO en la conferencia de prensa mañanera cuál era su opinión sobre la venta de estadios que intentaba hacer la administración de Pavlovich lo que contrastaba con su política de impulso al beisbol. El Presidente pidió a la mandataria sonorense no vender los estadios. Prometió ayudarla. Y así fue: Anunció la Gobernadora que el Gobierno federal comprará los estadios y respaldará a Sonora con el Isssteson. Esperemos. Pero la primera reacción del Estado fue descalificar a Proyecto Puente y Priscila Cárdenas en columnas periodísticas, en crear una chat de wassup con periodistas mujeres aliadas al Palacio para difamar a Priscila. Una campaña negra en redes sociales. Se afirmó que nuestra intención era otra: Golpear a la Gobernadora. ¿Se imaginan cuántos temas más que son de fondo en Sonora mal informan a Claudia Pavlovich y se pierden viendo el árbol sin ver todo el bosque y así se han tomado malas decisiones, obvio, aprobadas por la misma mandataria porque nadie se manda solo, pero con visiones limitadas y contaminadas? Antes del anuncio de la cancelación de la venta de inmuebles, el grupo de Ciudadanía Activa, Érika Laguno, Isabel Dorado, Joel Montoya, Rosa María O’ Leary, y muchos más, presionó al Gobierno de Sonora para que no se vendieran. Llevaban miles de firmas que se oponían. El Estado se adelanta y anuncia la reversa. Por eso el crédito es también de este importante colectivo. Ojalá se mantengan así activos vigilando a los gobiernos. Los funcionarios públicos son pasajeros. No les pertenece el patrimonio de los sonorenses. Son sólo administradores temporales. Es por eso que deben aplicar la Ley de Participación Ciudadana, analizar temas desde el punto de vista ajenos a los aplaudidores que sostienen burbujas de Gobierno que se repiten cada sexenio en Sonora, aprender a leer temas periodísticos. Así se construye una democracia. ¿Cómo explicar que para decidir qué hacer con el estadio Héctor Espino se pagó un estudio de 2 millones 200 mil pesos a través de Impulsor? Eso se ha olvidado. En julio del año pasado Proyecto Puente documentó cómo el Gobierno de Sonora hizo un gasto millonario para saber qué hacer con un estadio. No interesa la democracia participativa: Es mejor gastar el dinero de los sonorenses. Mientras se vea al Gobierno como un negocio en Sonora no va a cambiar nada. Si el gran beisbolista Héctor Espino viviera se diera cuenta que se intentó hacer negocio en su nombre y lo que menos importaba era el beisbol.
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