Proyecto Puente
Al caer el régimen priista de partido de Estado en el 2000 en México la imagen del Presidente intocable desapareció. El mismo Vicente Fox, ex presidente panista, bautizó su Gobierno con esa apertura. Llegaron las libertades y, también, los riesgos, peligros, persecuciones, desapariciones y muertes de periodistas. La guerra contra el periodismo en nuestro País tiene 19 años. La tercera alternancia presidencial que encabeza Andrés Manuel López Obrador debe significar el respeto por las libertades. Preocupa que, si no es en el tono que AMLO y sus seguidores quieren una pregunta, cuestionamiento periodístico, es un ataque. O si un medio le comprueba con un trabajo periodístico alguna falla, es una campaña en su contra. La escuela de periodismo de Jorge Ramos es lo que se hace en Estados Unidos para cuestionar al poder. Vino a México a recordarnos que debemos ser vigilantes de nuestros gobernantes. Se preparó. Documentó. Enfrentó periodísticamente al Presidente. Evidenció con documentos que en cuatro meses el número de muertes es imparable en México. Como escribió Arturo Ángel, de Animal Político: Hay un subregistro del 20% en las cifras de seguridad que se presenta al Presidente. “A nadie nos conviene que se engañe o siga confundido. Eso le pasó a Peña Nieto”, advierte el periodista especializado en investigación. Y recuerda la investigación de Animal Político: “Matar en México, impunidad garantizada” del año pasado. Se demostró que de cada 100 delitos 95 quedan impunes. Por su puesto que en cuatro meses es imposible acabar con doce años de malos gobiernos del PRI y PAN que nos llevaron a una guerra sin planeación ni fundamentos claros. Eso es lo que debió contestar el Presidente. Están en el proceso de recuperación y contención del delito. Falta humildad en responder cuestionamientos fundamentados. Se hizo un escándalo nacional porque un periodista cumplió con su trabajo: Cuestionar documentado. Sorprende el tono que empieza a darse a quien se atreve a criticar a AMLO: En redes son golpeados, señalados, vapuleados. El mensaje del padre Alejandro Solalinde es preocupante: Vio una falta de respeto hacia Andrés Manuel que un periodista evidenciara el mal conteo presidencial en las cifras de seguridad. Su tuit encendió a las redes sociales y estallaron contra Jorge Ramos. Contrasta esta actitud con la asumida por el vocero presidencial: Jesús Ramírez Aguilar celebró el debate abierto en Palacio Nacional. Esto es inédito y admirable. No puede haber ya presidentes intocables. Ni gobernadores, aunque en los estados se aferren a lo contrario. Andrés Manuel y su equipo pudieran cambiar la estrategia: Mejorar conteo de cifras de seguridad, la forma en que se presentan, debatirlas mensualmente. Alfonso Durazo, el secretario de Seguridad, es un hombre preparado que puede discutir con cualquier periodista, experto u ONG. Las conferencias de prensa mañaneras pueden diversificarse. Creo que no siempre debe AMLO encabezarlas. Traerá desgaste. Ya lo estamos viendo. Su popularidad no puede estar basada en sólo lo que diga él. También sus funcionarios. Hay una sobre concentración de la agenda por querer abarcar todo y hablar de todo. Deben planearse más las conferencias de prensa mañaneras para saber qué se dirá, qué se presentará y qué no se informará. Control de daños antes no después. Previsión de escenarios. Hay otro gran error: AMLO está asumiendo todos los problemas de México. Así lo decidió desde julio del 2018 al acaparar la agenda de temas. Enrique Peña Nieto desapareció de la escena seis meses antes de abandonar el poder. El no hacer rendir cuentas al peñanietismo por la corrupción heredada le afecta porque no hay responsables de nada del pasado. Se señala constantemente desfalcos y excesos del priismo, pero a nadie se castiga. Increíble. Esa alianza con todos los gobernadores, sin exigirle cuentas en sus estados en materia de seguridad, corrupción, es perjudicial y en el futuro se dará cuenta que no se trata de invadir poderes, si no de pedirles corresponsabilidad y ayuda. ¿Cuántos mandatarios estatales no están haciendo la tarea en seguridad y tienen inundados de corrupción sus entidades? Andrés Manuel no está ejerciendo el poder para rendir cuentas. Como dice el historiador Lorenzo Meyer en su libro “Nuestra tragedia persistente: La democracia autoritaria en México”: Tenemos elecciones, pero no castigo a los que hacen mal uso del poder emanado de las elecciones. México no quiere venganza ni persecución ni fabricación de enemigos a la altura del Estado. Pero se necesita ordenar la casa y, para limpiarla, se tiene que sacudir lo que le hizo y hace daño a este País.
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