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Desde la Polis

Desde que irrumpió con toda fuerza a la escena pública a principios de este siglo, AMLO ha batallado mucho con ciertas acciones (suyas) que sus adversarios políticos han aprovechado para tratar de minimizarlo intelectualmente. Eso lo afectó en los desenlaces electorales del 2006 y 2012. Aun cuando triunfó de manera contundente en las pasadas elecciones, también es verdad que la mitad de los electores votaron, no a favor de otros candidatos, sino en contra suya. Como cualquiera de nosotros, el Presidente ha tenido sus tropezones; algunos han sido involuntarios, otros han sido producto de su falta de información y otros tantos nacen de férreas convicciones de cómo él entiende al mundo, a la sociedad y a la nación mexicana. Van dos ejemplos de esta semana: Su comparación entre la gente pobre que necesita la ayuda del Estado y los animalitos a los que hay que alimentar… y la exigencia a la casa real española para que se disculpe. De la primera no hay mucho qué decir y la segunda, que ha sido el tema que sobresalió en los medios en ambos países, merece una lectura especial. Desde su declaración, las opiniones se dividieron. Dos medios nacionales condujeron una encuesta en línea y prácticamente siete de cada 10 lectores dijeron que todo esto de las disculpas era innecesario. Intelectuales, historiadores, y opinadores a nivel nacional esgrimieron sus encontrados argumentos. Sin embargo, para mi gran sorpresa, absolutamente ninguno de esos “grandes y multicitados expertos” habló de una potencial y muy viable dinámica detrás de todo esto. La política no es tan simplona ni tan lineal -cuando se ejerce con altura- como pareciera indicar el debate de esta semana. Quizá estos planteamientos reduccionistas hayan ido en este sentido tras tantos años de ejercicio de politiquería chafa y hueca. Quizá hasta las mentes que personalmente considero más lúcidas, específicamente en cuanto al estudio de la historia se refiere, se hayan ido con la finta y hayan querido interpretar (justificando o no la moción del Presidente) a través del lente de su propia disciplina. Pero me atreveré en este texto a imaginar algo que quizá sea ficción o quizá sea realidad (porque no me consta), pero algo os aseguro: Verán que estoy sobrado de optimismo… y espero que esto (que insisto, es producto de mi imaginación) es algo que sí este sucediendo. Hay dos hechos incontrovertibles en la petición de nuestro Presidente: Primero, su formación política primigenia fue entre los indígenas, vio muy de cerca la brutal miseria en la que se vive en el Sudeste; segundo, la narrativa historiográfica de su esposa ejerce una poderosa influencia en él. Es obvio que cuando AMLO habla de saqueo y de abuso, sí lo cree… pero también comprende que las conquistas no son de seda ni de algodones de azúcar. Creo que más allá que mirar hacia atrás, nuestro Presidente está astutamente mirando hacia adelante. El credo lopezobradorista de los últimos 20 años gira entorno a dos cuestiones: La mafia del poder y el saqueo a la nación. Sabemos que otorgó perdón (lamentablemente) a lo que se hizo antes, pero juró justicia ante las faltas que se cometan hacia adelante… y quizá sea este el inicio. Si nuestro país quiere participar en “la mesa donde se sientan los adultos a comer”, el ejercicio estratégico de la política, por parte del Presidente y gabinete, debe estar a ese nivel. España es hoy el segundo socio comercial de México, sólo por debajo de los Estados Unidos. Saben bien, desde el virreinato, que esta es una tierra donde hay mucho de dónde sacar. Imagínense: En España se produce el 0.5% del petróleo que consumen y lo mismo pasa con el gas natural. No obstante, empresas españolas como Repsol, Iberdrola, Abengoa y Acciona son las principales inversionistas en materia energética en México, en las áreas de exploración y extracción de petróleo y de gas… en la generación y distribución de electricidad, en el comercio de combustibles y de lubricantes. Y los escándalos de corrupción, no sólo en México sino en América Latina, por parte de estas firmas, no han faltado. No podemos dejar fuera de la lista a nuestra consentida OHL, quien durante el sexenio de Peña se encargó de dejar bien chipiloneados a múltiples politiquillos del orden estatal y federal. Son efectivamente, parte de la mafia en el poder. En México hay más de seis mil compañías españolas, que generan directa -e indirectamente- un millón de empleos. Pero pesa mucho en la idea del Presidente -y hace bien- la noción del saqueo, del abuso, de que ganen los de afuera. Quizá todo esto de la disculpa no sea más que un mensaje camuflado… de condiciones y reglas nuevas -de negociación- de carácter eminentemente económico entre Palacio Nacional y la Zarzuela. Ambos países dependen entre sí, profundamente. Sólo las partes involucradas sabrán si estoy en lo correcto. Como simple ciudadano, prefiero imaginar que nuestro Gobierno, el de la nueva transformación, ejercerá así la política, en lugar de sólo quemar cartuchos al aire.

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