En la lupa

En 20 días de Gobierno es imposible hacer un balance del actual Gobierno. En este negocio de los asuntos públicos cualquiera puede (y debe) tener una opinión, pero es imposible emitir una valoración medianamente seria del nuevo Gobierno. Hay luces, hay síntomas y hay símbolos. Muchos símbolos. Lo que sí creo que estamos llamados a hacer es a emitir opiniones iniciales sobre las acciones que se han tomado, en nuestras áreas de especialidad, y nutrir el debate público lo más que se pueda. Ya las resistencias y la oposición harán lo que a su naturaleza corresponde. Me explico: Las resistencias son todas aquellas fuerzas que tienen algún interés en que no exista modificación al status quo. La oposición son aquellas fuerzas que, por naturaleza, hacen un contrapeso ideológico y político. No toda resistencia es mala, por ejemplo, la comunidad en materia de transparencia y combate a la corrupción que hemos trabajado por años para ir avanzando a sistemas articulados garantes del derecho a la información, la protección de datos personales y el combate a la corrupción, resistiríamos con todo frente a cualquier intento por desarticular lo que ya hemos avanzado como País. Es ahora cuando debemos recordar y celebrar lo que estos sistemas nos han dado -especialmente el que garantiza el derecho a la información, toda vez que el engranaje institucional anticorrupción apenas va empezando. El primero le lleva alrededor de quince años de ventaja al segundo. Hay otro tipo de resistencias, especialmente aquellas que buscan evitar a toda costa planes de austeridad o que se instaure un nuevo modelo económico. Hay quienes lo hacen desde la ideología, otros desde el resguardo sus propios intereses particulares. Válido en tanto no se sigan poniendo por encima del interés general. Lo que sí percibo es mucha resistencia a permitir transformaciones profundas, resistencias a como dicen los gringos “pensar fuera de la caja” (think outside the box) -que significa romper paradigmas e innovar desde una perspectiva distinta. Resistencias afuera, en la opinión pública… resistencias adentro, en la administración pública. Es difícil sortear la tentación de cambiar para seguir igual. Yo insisto en que me parece imposible, poco serio y absurdo comparar veinte días de Gobierno con varios sexenios. Lo entiendo de militantes de oposición, de beneficiarios del status quo, de algunos periodistas, pero no de colegas analistas. En La Lupa: Prehistoria en trámites. Hasta para realizar contribuciones y pagar impuestos batalla uno. En verdad que es penosa la lentitud, la falta de modernización, la carencia de sentido y la burocracia desbordada y absurda con la que operan las agencias fiscales y oficinas gubernamentales en general. Podemos hacer y adquirir muchas cosas por Internet, pero no renovar una licencia de conducir y recibirla en nuestro domicilio. Podemos cursar maestrías y doctorados en línea, pero no podemos hacer un trámite simple ante una autoridad de la misma forma. Pareciera que cuando el Gobierno está involucrado se prefiere que todo sea lo más difícil para la sociedad, haciendo que el incentivo sea contrario. No por nada la sociedad no denuncia un delito, no paga impuestos o derechos, no regulariza sus terrenos o propiedades, prefiere andar sin licencia, sin placas o no sacar permisos para nada. ¿No será adecuado apostarle a la tecnología como elemento de orden, de facilitación de la recaudación y de combate a la corrupción? ¿Será que algún día nuestros gobiernos lograrán salir del Siglo XX? En La Lupa: ¡Feliz Navidad! Les deseo, apreciables lectores que pasen unas fiestas llenas de paz, amor y tranquilidad en compañía de sus familiares y amigos. Que las interminables pláticas sobre los temas de actualidad sean tanto de cómo mejorar a nuestros gobiernos como de qué podemos hacer para mejorarnos nosotros mismos como familias y como sociedad. Empecemos ahora mismo. ¡Hasta la próxima!