Generación Touch

¿Alguna vez, han perdido ustedes a un ser querido? Yo sí. Fue hace muy poco. Antes de eso, la muerte más cercana que había tenido fue la de mi abuela paterna. Tuvo el mismo destino que Jonathan Brandis, pero como diría Miguel de Mamá Imelda, ella murió antes de que yo naciera, en el año 1993, es decir, 11 años antes de que yo naciera. Pero la muerte que les contaré ocurrió hace muy poco, y les diré el significado de porqué me dolió tanto. Ese día fui a una fiesta (se tenía que ir formal, pero yo no tenía nada demasiado formal. Aparte, era principiante). Mi padre me llamó y me dijo que iría por mí. Se tardó 15 minutos en llegar, y yo no vivía tan lejos de ahí. A lo mucho me tardo 7 minutos en llegar en carro, y a pesar de que mi papá no es muy puntual que digamos, se me hizo muy extraño que llegara tan tarde por mí. Al preguntarle el porqué de su tardanza, me dijo que era porque mi abuela lo llamó para decirle que mi bisabuela había muerto, pero mi abuela le contó unas cuantas cosas más. Para mí, ella es como mi mamá Coco, por ser mi bisabuela y aparte porque a pesar de que era muy vieja (murió a los 95 años) se comunicaba conmigo, y también es como Mufasa. Okay, ella (como diría Luan Palomera, o algo así) obviamente no era mi papá, pero les comentaré porqué es eso para mí. Me dolió su muerte porque era muy raro. La veía muy sana y tenía pensado que la volviéramos a visitar. Pero dejó de hacer ejercicio, le dio diabetes, y un problema cardiaco acabó con su vida. Me dolió mucho, pero recordé algo. Cuando tenía 10 años fue la última vez que la vi. Cuando la abracé para despedirme, ella me dijo: “Sé muy valiente”. Le dije, como broma, que no podría cumplirle algo como eso, pero realmente, no me sentía capaz de cumplirle algo así. Y a pesar de que cumplí algunos de los retos que se me iban presentando, el más difícil, probablemente para mí, fue el baile de San Valentín del que ya les había platicado. Ya sé que había tenido otro en Navidad, pero no les quiero comentar lo incómodo que me sentía y las caras que casi hacía. Por eso, el de San Valentín fue más significativo. A pesar de que también fui forzado, me explicaron todo y no fue tan forzado como en Navidad. Aparte, quedamos en tercer lugar, así que para mí eso fue ganancia (como un partido por el tercer lugar en Caborca, en el que ganamos y eché faul y cuenta). Entonces, en ese momento, me dí cuenta que le había cumplido sus palabras, y sé que aunque murió, me apoyará desde donde esté. Por eso, la veo como Mufasa. Bueno, mejor lo dejamos hasta aquí porque no quiero llorar mientras escribo esto. En mi video columna también les hablaré de este tema.