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Generación Touch

Sé que hay algunas personas que siempre critican a otras, sólo por cierta discapacidad física o cierto rasgo físico que tienen y que nosotros consideramos “fuera de lo normal”. He visto a ese tipo de personas con esos rasgos desde que tengo 5 años y sé que las seguiré viendo por el resto de mi vida, pero en esta columna les voy a hablar de esas situaciones. Un día en el kínder me presentaron a una niña que recién llegaba. Ella no podía caminar bien y llevaba una andadera. Desde entonces la traté bien y no me importó. Un día nos explicaron que tenía unas cicatrices, las cuales no la dejaban caminar, y si no tenía con qué sostenerse, se caía. La única vez que me enojé fue porque teníamos que hacer un ejercicio físico moviéndonos de un lado a otro y como no caminaba bien, nos quedamos atorados, pero después de ahí, ya no pasó nada. Siempre platicaba con ella y, obviamente no nos movíamos mucho. Lo malo era que desde que tuve 7 años, ya supe lo que era la carrilla en serio, ya que siempre ocurría y nos molestábamos. Luego, cuando tuvimos que cambiarnos de escuela, me dijeron sobre una niña que estaba enferma. No sabía de qué, pero la verdad sólo esperé que le fuera bien y que se mejorara, porque no la conocía. Luego, ya en sexto grado, estaba platicando con mis amigos (puros hombres porque no había casi mujeres) y llegó una maestra. Nos platicó que salió en una revista para que la apoyáramos, y nos pidió que la saludáramos. La saludé porque no me costaría nada, pero uno de mis amigos no lo hizo, no recuerdo si fue porque se distrajo o por vergüenza, pero por haber sido así, defendimos a la niña, pero la verdad sí nos pasamos porque se sintió mal. Ahora bien, ¿Qué tiene? Una enfermedad llamada síndrome de Pfeiffer ¿Y qué es? La verdad no sé muy bien qué es porque no sé de enfermedades, y eso que mi personalidad se parece a la de Eddie Kaspbrak, pero es una extraña enfermedad genética con anomalías en el crecimiento del cráneo, pero no afecta en nada. Un día, vino a la casa y estuve en equipo con ella en Mario Sports Mix, y no sé cómo pero echó varias canastas de media cancha y sin poderes. Por el momento, espero que se mejore. Resulta que también tengo una amiga que entrenaba básquet conmigo, pero de repente dejó de ir. Me dijo que quería tomar un descanso, pero cuando regresó, no tenía pelo. Preferí decirle que si ya iba a volver, y dijo que le aplicaron “quimios” por un tumor en el estómago. Pero nada ha cambiado. Seguimos siendo amigos y hablo con ella cuando puedo. En conclusión, si ven a alguien con cierta característica física “extraña”, pueden impactarse, pero dejarlo hasta ahí. En mi videocolumna también hablaré de este tema.

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