Batarete
Si uno revisa la historia reciente de México se constata que las esposas de los presidentes juegan papeles, a veces discretos y otras no tanto, con frecuencia de peso en la imagen del Ejecutivo y también en algunas decisiones de tipo político, económico o social; y no se puede obviar que con frecuencia dichas influencias pueden ser determinantes, a veces para bien y hay otras que no parecen del todo positivas. Ejemplos tenemos muchos: A Doña María Esther Zuno, esposa de Luis Echeverría, se le criticaba por su tendencia a vestir con ropa mexicana y a dar agua de chía o limón en los actos oficiales. No demasiado problema, pero sí un cierto escándalo para muchos inclinados a la petulancia. Carmen Romano de López Portillo presumía de pianista e hizo llevar su piano a algunas giras presidenciales; nada discreta en el vestir, fue un complemento adecuado a su frívolo cónyuge. Vicente Fox se casó siendo Presidente con Martha Sahagún, que destacó por ser mucho más ambiciosa que su marido y llegó al matrimonio con una prole que pareció urgida por aprovechar, en lo económico y social, la cercanía con Fox. Margarita Zavala, esposa de Calderón, poseía una experiencia política propia, respetable en su contexto y partido. Angélica Rivera había sido una actriz no demasiado fulgurante, paralela en superficialidad a su esposo. Ha intentado ser discreta pero su “casa blanca” expuso un conflicto de interés del Gobierno de Peña que sigue sin explicación satisfactoria. Conviene saber un poco más de las esposas de los actuales pretendientes, que las podemos sufrir por seis años o pueden constituir un activo político de peso para el mandatario, como el papel que tuvo Michelle Obama al otro lado de la frontera. Veamos rápidamente el perfil de las parejas de los candidatos, de las esposas de Ricardo Anaya, José Antonio Meade y Andrés Manuel López Obrador. La exposición será en riguroso orden cronológico, de menor a mayor. La más joven de las posibles primeras damas es Carolina Martínez Franco, esposa de Ricardo Anaya, queretana como él, que vivió los últimos dos años en Atlanta, Georgia, mientras sus tres hijos estudiaban parte de la primaria. Por su juventud, y por ser madre de niños pequeños, su currículum resulta aún escaso: Es licenciada en Administración de Empresas por el Tec de Monterrey, campus Querétaro, pero, como suele suceder con muchas mujeres capaces, el cuidado de la familia le ha dejado poco tiempo para otras actividades. Juana Cuevas Rodríguez es la esposa de José Antonio Meade. Es graduada en Economía por el ITAM, donde conoció al candidato, se dedica a la pintura y al arte, además trabaja como voluntaria en el Seguro Social. Ha expuesto su obra en galerías de México y el extranjero, y se distingue, dicen, por el colorido de sus vestidos, realizados por artesanos mexicanos. Andrés Manuel López Obrador estuvo casado con Rocío Beltrán que falleció en 2003; en 2006 se casó con Beatriz Gutiérrez Müeller oriunda de la Ciudad de México, estudió licenciatura en Ciencias de la Comunicación, trabajó en periodismo y radio, y luego hizo una maestría en Letras Hispanoamericanas en la Universidad Iberoamericana para luego estudiar un doctorado en Teoría Literaria en la Universidad Autónoma Metropolitana. Trabaja como investigadora y escritora, y es miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Tiene obra publicada y además de sus artículos destacan sus libros Larga vida al Sol, y la novela Viejo siglo nuevo; además el estudió histórico Dos revolucionarios a la sombra de Madero. La historia de Solón Argüello Escobar y Rogelio Fernández Güell, publicado por editorial Planeta, más una antología de su poesía bajo el sello de BUAP/Ediciones del Lirio. Dos de las esposas fueron educadas en institutos privados, la tercera en universidad pública, con una maestría en la UIA, que es privada. Alguna de ellas constituirá, con su esposo, lo que llaman ahora “la pareja presidencial…”.
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