Generación Touch
Hay ocasiones en las que tienes un sueño, pero eres principiante. Eso me ha pasado, pero he llegado a luchar y continuar. Mi mayor ejemplo es el basquetbol. Recuerdo que hace aproximadamente cinco años llegué a Bugambilias por primera vez a entrenar. No tenía muchas nociones de cómo se jugaba. No sabía votar ni tirar, pero continué, luché y quedé en el selectivo. Durante el transcurso de los años me he topado con gente que no llega a permanecer, es decir, que a veces sólo vienen a entrenar por un día y luego se van, ya sea porque se rinden o porque se portan mal. Un día vi que un compañero nuevo estaba llorando porque no era bueno, pero era su primer día y estaba bien no saber, y le comenté que así iniciamos todos. Le comenté que yo era malo, otro también y a uno que ve muy bueno, cuando empezó, hacía muchas violaciones, pero progresó. No soy el único que piensa así. Antes de continuar, me haré un poco a un lado del tema para comentarles lo pequeño que es el mundo. Hubo un momento que también entrenaban niñas con mi hermano y una de ellas me comentaba que la molestaba, y resulta que su hermana está en mi secundaria. Ahora, volviendo al tema, la niña que entrenaba con mi hermano también entrenó un día con mi categoría por unos cambios que se estaban haciendo. Al final del entrenamiento nos dejan jugar partidos, y vi que no quería jugar. Una niña y yo fuimos a preguntarle por qué no quería jugar y respondió que porque no le pasaban la pelota. La niña le dijo “Si no quisiera jugar porque no me la pasaran, ya no seguiría”. “Igual que yo” respondí. Ahora quisiera poner como ejemplo uno de mis programas favoritos, Master chef México. En la temporada 2 de la versión junior, el ganador, Diego, me sorprendió bastante. Para empezar, en el primer programa se ponía muy nervioso y lloraba mucho y aparte fue el último participante en entrar. Luego, cuando tuvo que hacer un postre con malvaviscos, se puso nervioso y pesimista. Pensaba que no iba a terminar, pero en el siguiente, en el cual se encargó de la parrilla, se quemó por ganar junto a su equipo, y en la final, al momento del postre, por tiempo decidió no usar trapo, pero como estaban recién salidas las tartaletas del horno, quemaba mucho sacarlas, pero no le importó, se quemó los dedos, soltó lágrimas, y lo logró, y como diría Alana, la ganadora de la primera edición de Master chef Junior: “Si uno persigue sus sueños se pueden cumplir”. También recuerdo un video de Los Polinesios “Así empezamos” En el que decían que los sueños se deben de perseguir, y si te esfuerzas puedes llegar incluso más allá de ellos. En la video columna también les hablaré acerca de perseguir tus sueños.
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