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Notirrimas

Hace unos días un “posible cliente” me preguntó que: ¿Cuál era el proceso más común al que las empresas se estaban enfocando para mejorar? esta pregunta me puso a pensar y creo que en estos momentos, las empresas le están tomando mucho interés a cimentar su relación con los clientes para conservarlos y lograr su fidelidad. Conseguir un nuevo cliente es difícil pero conservarlo es aún más y para lograrlo la empresa tiene que utilizar un “proceso muy bien planeado”, entender que el “proceso de venta” no termina de ninguna manera cuando el cliente paga, que este acto no es más que un paso más en el “proceso cíclico” constante y continuo de ventas. Hay que hablar y sobre todo: ¡Escuchar a nuestros clientes! Les platicaré una experiencia para explicar este concepto: Hace días, en mi papel de “cliente” tuve urgencia de buscar una “empresa” que quebrara 20 toneladas de un material que necesitaba para hacer una prueba industrial, que en mi carácter de “empresa de consultoría” estaba haciendo para uno de mis “clientes”. Investigué tres plantas quebradoras que pudieran sacarme del apuro. Las dos primeras “empresas” que visité, al explicarle brevemente el motivo de mi visita inmediatamente me replicaron que no podían hacerme el trabajo por diferentes razones pero sin escucharme. La tercera planta era muy pequeña, al aire libre, a las afueras de la ciudad, y trabajando a un buen ritmo con sólo tres empleados; el director, un joven-adulto, ingeniero y neoempresario, me atendió en su “oficina” (una mesa hechiza, con dos sillas de plástico, debajo de un mezquite) platicamos, me escuchó, entendió mi problema y me expresó que sí podría hacer el trabajo pero no inmediatamente pues tenía un compromiso con un cliente de entregarle 50 toneladas y necesitaba 4 días más para cumplirlo. Le expliqué que lo más importante era que mantuviera cautivo a su cliente, pero le sugerí que hablara con él y le pidiera que si por favor lo podía esperar unos días. Él pudo contactarse con su cliente hasta el tercer día y entonces me habló y me dijo: Ingeniero traiga su material para procesarlo, mi cliente aceptó y yo puedo tenerlo a usted como un “cliente nuevo”. El trabajo se hizo; Jorge el empresario, conservó su antiguo cliente y a la vez ganó un cliente nuevo. Yo aseguro que con esa actitud, Jorge sin duda, triunfará en su empresa. Ojalá y ahora que estrenaremos gobiernos nuevos en el Municipio y en el Estado, ellos como “empresas” que son, nos escucharan a nosotros los ciudadanos, sus “clientes”, para que como decía Benedetti “Podamos construir un puente indestructible” ¡Qué así sea! Gobiernos y ciudadanos Deben verse como un puente Para ambos beneficiarnos Y del progreso… ¡Sea fuente!

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