Jaque mate
El Partido Acción Nacional recurrió a un dedazo para escoger a su candidata al Gobierno del Distrito Federal. La decisión recayó en un personaje muy respetado, la señora Isabel Miranda de Wallace, pero que carece de experiencia política o en administración pública. La pregunta es si con esta decisión el PAN está aceptando que no puede ganar la elección y busca simplemente mantener su presencia electoral en la Ciudad de México. El dedazo deja en el camino a un grupo de panistas que legítimamente habían trabajado durante mucho tiempo por la candidatura de su partido: José Luis Luege, Gabriela Cuevas, Mariana Gómez del Campo y Carlos Orvañanos. Queda también descartado el externo Demetrio Sodi, jefe delegacional en Miguel Hidalgo, a quien las encuestas colocaban como puntero en la competencia interna panista. Por mucho que el PAN haya repartido otras candidaturas y canonjías, parece inevitable que el método de selección de la candidata tenga un costo político y disminuya el entusiasmo de los grupos que apoyaban a los aspirantes. No hay duda de que la señora Wallace es una buena candidata, conocida y aceptada por buena parte de la población. Pero ¿podría ser una buena gobernante en caso de ganar la elección? El PRD y sus aliados, mientras tanto, se preparan para las encuestas que este 14 y 15 de enero seleccionarán al candidato de los partidos de izquierda a la Jefatura de Gobierno. Alejandra Barrales y Miguel Ángel Mancera son los favoritos de conformidad con las encuestas que se han dado a conocer en las últimas semanas. La ventaja de las encuestas es que los grupos de poder, como el de René Bejarano, no podrán maniobrar para imponer a su candidato. La gran sorpresa ha sido la renuncia de Carlos Navarrete, vinculado con el grupo de los Chuchos, para apoyar a la lopezobradorista Alejandra Barrales. En el PRI Beatriz Paredes, quien hasta este momento es la única posible precandidata, ha mantenido un perfil bajo. Si bien la ex presidenta nacional del partido está en primer lugar en las encuestas, sabe que necesita lograr las paces en el interior de su partido, que en el Distrito Federal ha vivido momentos de enorme tensión. Las diferencias entre Cuauhtémoc Gutiérrez, el líder de los pepenadores, y la senadora María de los Ángeles Moreno viene ya de lejos. Preocupante fue recientemente la golpiza que el dipuhooligan Christian Vargas le propinó a Rosario Guerra, la ex secretaria de finanzas del partido. Una nueva explosión de violencia podría poner en jaque las posibilidades del triunfo priista. El Distrito Federal tiene una importancia política que va más allá de su población de alrededor de 9 millones de personas, cifra muy por debajo de los 15 millones del Estado de México. La concentración de la comunidad política y de los medios nacionales de comunicación les da una mayor proyección a los candidatos, funcionarios y actos políticos que tienen lugar en la capital federal. Para el PRD, en particular, el Distrito Federal se ha convertido en su único verdadero reducto político. Las derrotas en Michoacán, Zacatecas y Baja California Sur han sido golpes muy importantes al partido. En otros lugares el partido participa en alianzas. El de Guerrero no parece un gobierno propiamente perredista. La batalla por el D.F. apenas empieza. Es demasiado pronto para ofrecer alguna predicción del resultado. Lo que es claro es que pronto empezarán los cuestionamientos y las descalificaciones. La elección promete ser muy reñida. LUJAMBIO El secretario de Educación Alonso Lujambio fue trasladado a los Estados Unidos para recibir tratamiento médico. Sabemos que fue trasladado en vuelo privado desde el hangar presidencial del aeropuerto internacional de la Ciudad de México. Le deseo lo mejor a un hombre inteligente y trabajador. Pero me pregunto si no se les sigue dando un trato de privilegio a los altos funcionarios del País. Sergio Sarmiento es periodista y analista político/comentarista de televisión. En Internet: www.sergiosarmiento.com Twitter: @sergiosarmient4 Facebook: Sergio Sarmiento (oficial) “Política. f. Lucha de intereses disfrazada de conflicto de principios”. Ambrose Bierce