Fox en Cuba
Para un Presidente mexicano que viene de la derecha, pero que afirma pertenecer al centro izquierda, es muy importante la realización de un viaje a Cuba como el que Vicente Fox tiene programado para este fin de semana. Por razones históricas y de conveniencia mutua México y Cuba han sostenido desde hace décadas la patraña de que son aliados revolucionarios en un reaccionario mundo hostil. La relación, sin embargo, se ha venido haciendo cada vez más distante. México sigue manteniendo su posición -que en los tiempos de la Guerra Fría fue solitaria- de reconocer al régimen de Fidel Castro a pesar de su falta de legitimidad democrática y de sus violaciones a los derechos humanos de sus disidentes. Sin embargo, los lazos entre los dos países claramente se han enfriado en los últimos años. Carlos Salinas de Gortari sólo visitó Cuba una vez, y esto lo hizo al final de su mandato en una breve escala dentro de un viaje más largo (lo cual no impidió que Fidel Castro le otorgara su hospitalidad a Salinas en varias ocasiones después de que éste dejó México en 1995). Ernesto Zedillo, el liberal, no visitó Cuba y, de hecho, mantuvo una relación no sólo distante sino críica del régimen castrista. Ha tenido que llegar a Los Pinos un Presidente panista para que se programe una visita importante de un mandatario mexicano a Cuba. Con este viaje Vicente Fox parece estar buscando legitimidad en el mundo de centro izquierda al que dice pertenecer pero que lo ve con tanta desconfianza. Hace unos días algunos de los principales dirigentes del PAN, recordando quizá sus antecedentes como militantes comprometidos en la lucha por la democracia en los tiempos del régimen de partido único, le pidieron al presidente Fox que se reúna con los líderes de la proscrita pero tolerada oposición cubana durante su visita a Cuba. Una reunión de este tipo, sin embargo, seguramente generaría un enorme malestar en el Gobierno cubano. Un canciller como Jorge Castañeda, antiguo militante de la izquierda, podría haber ayudado a lograr el acercamiento que Fox busca con los cubanos. Castañeda, sin embargo, se ha distanciado radicalmente del Gobierno cubano a partir de la publicación hace años de su libro Utopía armada, una visión crítica de los movimientos guerrilleros de izquierda. Este distanciamiento se acentuó a partir de la abstención de México el año pasado en el voto de las Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas sobre el caso de Cuba y de su apreciación de que los cubanos estaban “ardidos” por la posición del gobierno de Fox. El Gobierno cubano, interesado en socavar la posición crítica de Castañeda hacia Cuba con el fin de modificar el voto mexicano en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, ha montado una campaña para seducir a los legisladores y a los medios mexicanos. El viaje a la isla a principios de enero de un centenar de diputados, acompañados de un contingente de reporteros, viaje cuando menos parcialmente subsidiado por el Gobierno cubano, ha sido una parte importante de esta campaña. Los legisladores del PRD y del Partido del Trabajo, y hasta cierto punto los del PRI, se han dejado seducir fácilmente por el Gobierno cubano Hay razones ideológicas para ello. Los panistas han sido más reacios, como lo demuestra la petición a Fox de los dirigentes panistas para que se entreviste con miembros de la oposición. Pero también dentro del PAN hay un sector entusiasta de Castro, como lo demuestra una carta al diario Reforma publicada el año pasado por el senador panista Javier Corral que incluía una loa tan incondicional al régimen castrista que debería ser una vergüenza para cualquier político que pretendiera ser demócrata. Cuando Fox llegue a Cuba este fin de semana todos estos factores estarán en juego. El Presidente estará buscando congraciarse con la izquierda a la que quiere pertenecer. Los cubanos estarán tratando de saltarse al Canciller que los llamó “ardidos” para seducir al Presidente. Y muchos políticos mexicanos, seducidos hace ya tiempo por el régimen cubano, estarán tratando de mostrarse solidarios con un país que tiene un historial autoritario peor al del régimen priísta al que ellos anteriormente atacaron por antidemocrático. Davos en Nueva York Escribo este artículo al inicio del Foro Económico Mundial: El Davos en Nueva York. Habrá que ver qué lecciones surgen de las incontables sesiones que están planeadas. Lo cierto es que de la intimidad del Foro, el cual buscaba unir en un pequeño pueblo de los Alpes suizos a los académicos más brillantes con los empresarios más importantes para discutir los problemas del mundo, no queda ya mucho. Sergio Sarmiento Realizó estudios en la Universidad de Londres y se graduó con honores en Filosofía en la Universidad York de Toronto; colabora con diarios de Nueva York, Londres y París.
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