De Política y Cosas Peores
Era costumbre antigua que los presidentes de México dañaran al país mientras estaban en la Presidencia, pero dejaran de hacerle mal cuando salían de ella. Carlos Salinas de Gortari es persistente: Lesionó a la nación en el desempeño del cargo, la sigue lastimando hoy. Presentar un libro le sirve hoy de pretexto para interrumpir el exilio que le impuso el repudio popular. No habrá libro ni explicación alguna que atenúen tal rechazo, esa condenación tan general. Seguramente es Salinas el ex presidente más vituperado de los últimos tiempos. No le perdona la gente sus engaños, su soberbia, la corrupción que permitió, el rudo golpe que con sus manejos asestó a la economía popular. La voz pública pone sobre él sospechas que sólo una investigación a fondo podría disipar. Tardíamente pretende ahora Salinas arrojar culpa sobre su sucesor -que él mismo designó- por el desastre económico de México, y esgrime para eso argumentos que no sustenta en ningún medio probatorio. Su conducta es ruin: Esperó el final del gobierno de Zedillo, cuando ya hay presidente electo -y de la oposición-, para emprender su ataque. Tiene un problema el ex Presidente, sin embargo: Si dice que 2 más 2 son 4 nadie se lo va creer. Se le considera un mentiroso, un falaz engañador. Cometió además la equivocación de atacar al actual Presidente cuando éste goza de crédito, y aun de prestigio, por la actitud que asumió en la elección del 2 de julio. Pienso en un posible motivo que puede explicar la patética intentona de Salinas de reivindicarse y dañar la imagen de quien lo sucedió en la Presidencia. Es posible que pronto salga a luz un informe de la Procuraduría General de la República sobre el asesinato de Colosio. En dicho documento tendrá que hacerse alusión al ambiente político creado por Salinas tras de que el sonorense, en su discurso de principios de marzo, se separó de la línea salinista e hizo la crítica de los errores y omisiones del salinismo. En dicho ambiente, contrario por completo a Colosio, tuvo lugar el crimen. Temeroso quizá de las implicaciones de ese informe, Salinas se adelanta y ataca al Presidente actual para luego decir que el documento es reacción oficial por sus declaraciones. También aquí Salinas de Gortari afronta una dificultad: El tribunal de la vox pópuli, equivocado o no, ha pronunciado ya su veredicto. Salinas sabe bien cuál es esa sentencia, y no la podrá nunca disipar. La verdad legal, imposible quizá de conseguir en este caso, ha sido sustituida por la condena popular. De eso debe estar consciente Salinas: Su reivindicación se antoja empresa imposible, ni siquiera tomando en cuenta el cambio de rumbo en el país. El descrédito lo va a acompañar hasta el final. Así las cosas el mejor aporte que puede hacer al país es la ausencia. En los anteriores ex presidentes la desaparición de la escena pública fue práctica no escrita. En su caso es obligación... Asedemos ahora con dos cuentos de humor ledo la rigurosidad de esta alargada perorata... El ginecólogo le da la buena noticia al recién casado: "-Su esposa está embarazada". "-No me sorprende -dice el muchacho-. Cada día, desde que nos casamos, le he dado tres o cuatro oportunidades de estarlo"... Don Senilio casó con mujer joven. Para estar a la altura de ese compromiso se hizo implantar glándulas de mono. La mamá de la chica, curiosa, le habló a su hija por teléfono. "-¿Le han dado resultado a tu marido las glándulas de mono?". "-No sé -responde la muchacha-. Está trepado en un candil comiendo cacahuates, y no se baja de ahí"... FIN. Catón Licenciado en Derecho, en Pedagogía y en Literatura y Letras Españolas; cronista de Saltillo.
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