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El Imparcial / Ciudad Obregón / Tribu Yaqui

Cose con pasión y mantiene viva la tradición yaqui

La siesta de su pequeña hija de seis meses es el momento perfecto para inspirarse y plasmar su talento en diferentes prendas características de la tribu Yaqui.

Valentina Madero Mátuz tiene tres hijos y se ayuda económicamente confeccionado diferentes prendas que se ofrecen en las diferentes tiendas de Cócorit a los turistas.

Tres semanas tarda en elaborar un rebozo, en tanto las blusas y los bolsos quedan listos en dos días, mientras los paños y manteles, depende del tipo de bordado.

En una cajita guarda las agujas y los paquetes de los diferentes tonos de hilos con los que crea una gama de flores que plasma en los atuendos yaquis.

"De chica yo veía a mi mamá bordar, mi mente fue grabando todos los tipos de flores y ahora me divierto combinando los tonos de hilos sobre las telas que trabajo", expresó Valentina.

Su favoritos son los rebozos, aunque es lo más tardado de bordar, terminar uno es un gran reto, por el gran trabajo que lleva.

Una silla bajo el árbol, en las afueras de su casa ubicada en la Loma de Guamuchil, es el lugar que la inspira para elaborar las diferentes prendas, a veces acompañada de su pequeña hija de seis años, quien espera al igual que ella en el futuro seguirá la tradición de la familia.

Todos en el pueblo la conocen, quien llega preguntando por prendas yaquis, ya sabe que en su humilde casa tiene un "stock" de coloridos atuendos.

Al menos 3 ó 4 horas del día los dedica a realizar su trabajo, con el que se ayuda y a la vez a preserva las tradiciones yaquis.

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