“Vi salir a mi hijo por esa puerta; ahora me lo traen sin vida desde San Felipe”
La madre de Oscar Gaeta pide justicia y que se aclare si agentes estatales o municipales participaron en la muerte de su hijo
Mexicali, Baja California.- Clara Brizuela, de 50 años, sigue en shock y está consciente que los días más difíciles para ella están por delante. “Vi salir a mi hijo por esa puerta; ahora me lo traen sin vida desde San Felipe”, dice con voz entrecortada por el llanto, sentada en la sala de su casa.
La mujer, residente de la zona poniente de Mexicali, comenzó pidiendo ayuda de la gente a través de redes sociales para localizar a su hijo Oscar Gaeta Brizuela desde el pasado martes, luego de que perdió contacto con él desde el lunes por la tarde
Todas sus sospechas están sobre agentes de la Policía Municipal de Mexicali y de la Fiscalía General del Estado que presuntamente habían intentado detenerlo la noche del domingo afuera de su domicilio, acusándolo de haber participado en carreras clandestinas.
Fue el pasado sábado por la tarde cuando recibió la llamada en su celular. Ella se encontraba colocando carteles con el rostro de su hijo en las tiendas de su colonia, y al escuchar la voz de su esposo intuyó que había pasado algo.
Cuando llegó a su casa no le dijeron nada, pero al ver el rostro de su esposo y de su otro hijo, supo que habían encontrado a Oscar sin vida. Toda la tarde le lloró, mientras intentaban entender qué había pasado y cómo harían para regresar su cuerpo a Mexicali.
“Se ensañaron con él”
El cuerpo de Oscar fue encontrado el sábado por la tarde en la carretera a San Felipe. La necropsia señaló que la causa de muerte fueron al menos tres heridas de bala en la cabeza y dos en el tórax.
Su hermano mayor fue quien acudió a San Felipe para identificar el cuerpo en la morgue, luego de que recibió una foto del cuerpo por parte de agentes de la Fiscalía General del Estado y todo apuntaba a que se trataba de él.
De acuerdo con el testimonio de Clara, su madre, Oscar presentaba diversas lesiones que sugerían que había sido víctima de golpes, maltratos y tortura. Sin embargo, su muerte parecía ser reciente a pesar de haber sido privado de la libertad desde el lunes.
Su hermano asegura que en el lugar donde fue encontrado el cuerpo quedaron manchas de sangre reciente e indicios de arrastre o forcejeo, por lo que creen que fue asesinado en el lugar donde lo encontraron el mismo sábado.
Todo el fin de semana y hasta este lunes, la familia de Oscar unió esfuerzos para tratar de traer el cuerpo de vuelta a Mexicali para poder sepultarlo en un espacio donde otro de sus familiares se encuentra enterrado.
“Vas a valer v…”
Oscar salió el domingo por la noche con su novia y unos amigos al bulevar Manuel Gómez Morín, donde se realizan regularmente carreras callejeras, pero estas nunca iniciaron, y luego de encontrarse con otro amigo, decidieron marcharse del lugar.
Él le contó a su madre que unas patrullas los siguieron y casi afuera de su casa le cerraron el paso, donde los bajaron por la fuerza y les pusieron esposas. Ante el escándalo, la madre de Oscar salió a preguntar qué era lo que estaba pasando.
Clara asegura que uno de los agentes tenía una cámara corporal con la que la grabó a ella y en la que decía que estaba defendiendo a un “malandrín”. Los agentes le aseguraron que la detención era por haber participado en carreras clandestinas.
La madre de Oscar les dijo que si se lo iban a llevar detenido, que ella los seguiría para ir a la comandancia para pagar la infracción, pero los agentes comenzaron a hablar en clave y dejaron a todos en libertad.
Cuando uno de los agentes de la Policía Municipal se retiraba, recuerda la madre de Oscar, le dijo: “Vas a valer v…”.
“Me estaban siguiendo, mamá”
El lunes, al día siguiente de estos hechos, Oscar salió a un mandado y le dijo a su madre que había visto las patrullas que el día anterior lo habían intentado detener. “Me dijo que lo venían siguiendo, que vio a una y que luego se encontró a otra que al parecer lo vigilaba de lejos”, dice Clara.
Oscar volvió a salir a un taller de motos que se encuentra cerca de su casa en el que trabajaba, tras haber conseguido una refacción. Esa fue la última vez que su madre lo vio con vida, al salir de su casa.
“No puede ser que tengamos que cuidarnos de quienes deben de cuidarnos”
Clara Brizuela, una comerciante de 50 años de edad del mercado sobre ruedas en Mexicali, pidió a la gobernadora y a la alcaldesa, de mujer a mujer y de madre a madre, que le ayuden a hacerle justicia a su hijo.
Desde la semana pasada dejó un oficio en la oficina de la gobernadora y hasta el momento no le ha sido respondido. Incluso, dijo que la persona que le recibió el papel, le comentó que debían de cuidarse.
“Mi hijo no merecía nada de lo que le hicieron; mi error fue no haberlo obligado a que siguiera estudiando porque se dedicó a ser chofer de DiDi, a reparar motocicletas y a vender carros, pero era una persona que quería salir adelante”, dice entre llanto su madre.
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