¿Feliz navidad?

Por el derecho a la libertad de expresión

En estas fechas en que la melancolía, los recuerdos de nuestros seres queridos vivos y muertos, de los amigos que aún conservamos, y en general, de los sucesos agradables que nos dejaron huella y los desagradables que preferimos no recordar, terminaremos el año con cuentas negativas que lo marcarán como uno de los más desgraciados que tuvimos en México. Porque ya no es posible que hagamos los análisis de nuestras vidas, de manera particular. Los sucesos diarios nos obligan a pensar de manera colectiva, y esos datos duros con los cuales contamos para evaluar este año, son fatales.

Según el Organismo Red Lupa, que es una red ciudadana de monitoreo, evaluación y seguimiento de la implementación de la Ley General en Materia de Desaparición de Personas, hay un aproximado de 128, 062 personas desaparecidas en el país, de las cuales, 98, 384 son hombres, 29 258 son mujeres y 422 casos, en los que su género no ha podido ser determinado por diversas cuestiones. La cantidad no es el total de los casos debido a que no ha finalizado el año, pero estaría muy cercana. Los estados con más desapariciones, en orden de importancia son: Jalisco, Tamaulipas, Estado de México, Veracruz, Nuevo León y Sinaloa. Mientras que los estados con menos incidencia de desapariciones son: Nayarit, Colima, Chiapas, San Luis Potosí y Baja California Sur.

Por otra parte, la Presidenta Claudia Sheinbaum ha asegurado, en varias ocasiones, que en México suceden 86.9 asesinados por día, aunque dice que la tasa bajó en el mes de noviembre. La cantidad aproximada es de 31, 718. 5 muertes, que forman parte de las desgracias que padeceremos los mexicanos en este año. Como se puede corroborar con estas cifras, ha sido un año repleto de situaciones estresantes y durísimas, para las familias que tuvieron la desdicha de ser víctimas de la violencia y la delincuencia que reina en el país.

Al final de cuentas, la desaparición o el asesinato de un miembro de la familia, lleva la misma fuerza destructiva y provoca el mismo dolor a las familias. En México, el promedio de miembros de una familia es de 3.5 integrantes (www.gob dato del 2020), por lo que, si sumamos los desaparecidos más los asesinados en este año, tendremos a 45, 652 familias mexicanas arrastrando una enorme pena por la pérdida de un ser querido producto de la violencia y la delincuencia extremas.

La situación de emergencia por la exponencial violencia que nos sacude es estresante y extrema. Nadie en todo nuestro territorio se encuentra a salvo de cualquier agresión violenta. Los sucesos cotidianos de placidez y tranquilidad han desaparecido y la inseguridad nos hace su presa. A cualquier hora del día podemos ser agredidos sin que tengamos ninguna protección. Los organismos policíacos no nos proporcionan seguridad ni confianza. Los ciudadanos somos, con más frecuencia, víctimas de los propios policías.

Las fechas decembrinas que tradicionalmente eran de buenas acciones, buenos deseos y felicidad, se han transformado en angustia, inseguridad, desconfianza y riesgos, transformando la época navideña en otra cosa menos el ilusionante tiempo de dicha, celebraciones alegres e intercambio de regalos, abrazos y besos. Imaginemos por solo un momento, cómo se sentirán los familiares de los desaparecidos, que no logran conciliar su realidad con las fechas a celebrar. Solo por un momento pongámonos en su lugar y reconozcamos que la injusticia reina en el país. Que las autoridades no hacen nada por investigar dónde están los que nos faltan. Que, en lugar de incrementar las acciones de búsqueda, la tiricia y el valemadrismo están aposentadas en las corporaciones obligadas a rescatar desaparecidos, y a investigar a los ejecutados. Esas familias no pasarán una nochebuena ni una feliz navidad. Llorarán como todas las noches anteriores. Vale.

*- El autor es licenciado en Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.