¿Educación o adoctrinamiento?
Hablábamos la semana anterior cómo éste gobierno en los libros de texto está adoctrinando a niños y jóvenes a favor del socialismo.

Hablábamos la semana anterior cómo éste gobierno, en los libros de texto está adoctrinando a niños y jóvenes a favor del socialismo, para que, llegadas las elecciones, convenzan a sus padres de sus “bondades”.
Hoy veremos como estos libros afectan la vida, el alma y la integridad de sus niños. Primero diremos que quien está a cargo de su contenido para escuelas públicas y PRIVADAS es Marx Arriaga, un sujeto 100% marxista, admirador de Carlos Marx padre del comunismo, la lucha de clases, etc. No es de sorprender entonces su enfoque ideológico de izquierda desde kínder, primaria y secundaria.
Mariana Benavides, investigadora jalisciense que por años se ha dedicado a analizar estos libros, afirma que lo primero que hizo la SEP, suprimiendo materias como matemáticas, español, geografía, ciencias, fue afectar el pensamiento lógico matemático, que les ayuda a estructurar el cerebro. Implementó a cambio, la “educación socio emocional” en base a lo que el niño quiera. Es decir, en el aula los niños mandan, ellos eligen el tema y la maestra tiene que aceptarlo. La SEP asegura que, de esta forma se genera en el niño el “pensamiento crítico”. ¿Cuál? Si solo llenan su cerebro con ideas falsas, críticas acerca de sus papás, de quienes se quejan odian y se les enfrentan, al ponerles límites.
Sabemos que los niños, son influenciables, con mentiras y carentes de conocimiento que estructure su cerebro, son presas fáciles para aceptar o al menos confundir, lo que hacen adultos trans, o Queer cuando visitan los salones. Su misión es reforzar las imágenes que ven en los libros: Dos niñas o niños besándose, familias homoparentales, “felices”, como algo normal y natural. Esto es, la diversidad sexual y familiar, y por supuesto, las infancias trans, como algo maravilloso, metiéndoles la idea que “pueden estar en un cuerpo equivocado”. Los niños que caen en esta trampa, ni sus padres los pueden salvar; la ley les prohíbe acudir a un psicólogo u orientador para ayudarle a discernir, igual a los maestros. Es entonces cuando inicia su desgracia: hormonas, cirugías, manipulación, de la que demasiado tarde se arrepienten, esto comprobado con niños de otros países.
La híper sexualización en estos libros es algo real. Desde pequeñitos los motivan a enseñar su cuerpo, a masturbarse, les dicen que nadie puede tocarlos solo que ELLOS lo consientan ¡ojo! En primaria los primeros años, hacen penes con plastilina, les hablan de anticonceptivos y ETS, y su “derecho” al placer, tienen actividades como ponerle condón a un plátano o pepino con la boca, ¡Niños de 8 y 9 años! En 5º. elaboran en el aula, una maqueta gráfica del acto sexual. Obvio, los convencen de no decirlo a sus padres, porque son de otra época, retrógrados, homofóbicos, anticuados, no entienden…
¿Resultado? Niños que debieran vivir una infancia sana, confundidos, asustados, enfrentando embarazos, abortos, dolor… Pero además, los encaminan a la brujería, a los hechizos, a invocar otros dioses, quitándoles desde niños la fe en Dios… ¿Qué hacer para contrarrestar tanta maldad? Educarlos, ganarse su confianza, orar y de ser posible, escolarizarlos en casa. Un gobierno que controla la educación, se mantiene en el poder; niños ideologizados al crecer, son capaces de denunciar hasta sus propios padres.
¡Mujer mexicana forja tu Patria!
*- La autora es consejera familiar.
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