Percepción desmoronada

Brindar seguridad a la población es una obligación constitucional del gobierno, pero también lo es hacer sentir segura a la comunidad.

El debate entre cifras y percepción de seguridad llegó para quedarse, convirtiéndose en un reto para las autoridades. Hacer sentir más segura a la población en su vida cotidiana y en la práctica. No solo en el discurso.

La famosa disminución del 30 ó 40 por ciento en la cifra de homicidios es difícil de “vender”, cuando diariamente hay crímenes y no están al pareo de las detenciones de quienes los cometen.

La percepción es un lucha diaria que cae con el mínimo error en la declaración. Por ejemplo lo sucedido la semana pasada con las declaraciones de la Fiscal General del Estado, María Elena Andrade, quien informó en rueda de prensa que un hombre localizado “encobijado” en un lote baldío del fraccionamiento San Marcos había muerto por sobredosis o cirrosis.

Situación que de manera inmediata generó las críticas y memes de la población en redes sociales, en donde se burlaban de que la víctima tuvo tiempo para “encobijarse” y tirarse en un lote.

Y fueron más allá: la autoridad pretende cambiar muertes violentas, por “causas naturales” y así disminuir las cifras de homicidios.

Días después el director del SEMEFO, César Raúl González Vaca dijo que la causa de la muerte fue tuberculosis y que el cadaver no presentaba huellas de violencia. Nadie creyó la versión científica; el daño estaba hecho y como en el juego de Serpientes y Escaleras, las autoridades bajaron dos peldaños en la credibilidad de la autoridad.

Para mejorar la percepción de seguridad se requieren acciones que tienen un costo político de mediano y alto riesgo.

Recordemos que independientemente de las cifras de criminalidad, de la reducción de homicidios en las estadísticas, el fenómeno social de “cómo me siento” sigue creciendo negativamente en Baja California.

Pero no truncaremos la observación solo desde la perspectiva de cómo desde los medios de comunicación tradicionales o alternativos se construye la “otra realidad” o los “otros datos”, que incrementan la sensación subjetiva de que mi entorno es inseguro, incluso sin haber sido víctima directa de un delito.

Es menester también analizar qué hacen los gobiernos para enfrentarla.

El alcalde de Tijuana, Ismael Burgueño nos comentó en entrevista realizada hace unas semanas, que cambiaron la mecánica de los programas de proximidad policíaca, en el cual los agentes municipales como primeros respondientes ya no solo acuden a que les firmen bitácoras y se alejan, si no que pretenden crear “redes de confianza” entre la población. A través de una sub estrategia de Comités de Seguridad Ciudadana.

El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana Municipal, José Alejandro Amezcua nos informó que acuden a las comunidades de mayor incidencia y durante un mes aproximadamente recopilan información proporcionada por los ciudadanos a través de mesas de trabajo y buzones anónimos, la información que surge, se procesa para enfrentarlos problemas de seguridad de manera específica en cada uno de los distritos policiales.

Las mesas de seguridad, el intercambiode información, la coordinación policíaca esfundamental para la elaboración de la cartaque marque la ruta de navegación en el combate al flagelo eterno de la inseguridad quenos golpea en lo económico y social.

Los golpes certeros, detenciones y decomisos son fundamentales pero insuficientes, porque hay decenas de delincuentes haciendo filapara tomar el lugar del muerto o el detenido.

Además de la reducción de los homicidios,la puesta en marcha de una sub estrategia conmás de 60 comités de seguridad, en Tijuana,caso concreto que vemos en esta ocasión, serequiere el mejoramiento de los entornos, endonde deben participar de manera integralprácticamente todas las dependencias.

No hay varitas mágicas para acabar o disminuir la inseguridad y los trastornos sociales que esto nos ocasiona, pero si no se empieza ya, menos lo vamos a lograr.

La verdad sea dicha

*- La autora es directora del portal MF Noticias Mexicali.