Zona Sísmica
Hoy en día ha quedado más que claro que la ley, recientemente aprobada en el Congreso del Estado y avalada por los ayuntamientos.

Con “malos ojos”
Hoy en día ha quedado más que claro que la ley, recientemente aprobada en el Congreso del Estado y avalada por los ayuntamientos, para obligar a los estacionamientos de plazas comerciales a ofrecer una cortesía de 40 minutos a sus usuarios no es bien vista por quienes operan dichos espacios. En Tijuana suman al menos 40 amparos presentados al cierre de agosto en contra de la medida y advierten las autoridades municipales que la resolución de los asuntos podrían tomar un largo tiempo. Sin embargo, los ciudadanos mantienen su facultad de presentar una queja ante la Dirección de Inspección y Verificación Municipal, dependencia responsable de revisar que se cumpla con el reglamento como está establecido en el Periódico Oficial del Estado.
LA TORMENTA DE CADA VERANO
La Comisión Federal de Electricidad tuvo un peculiar día este miércoles al encontrar un letrero de “CFUE” hecho de mosaico y colocado en su edificio del Centro Cívico de Mexicali. La “obra de arte callejera” parece producto de la creciente inconformidad ciudadana ante los constantes apagones y la falta de mantenimiento en la red eléctrica de la ciudad.
Horas después, los postes fueron reparados y el mosaico-burla retirado por empleados de la propia paraestatal. Sin embargo, lo que no se borra con la misma facilidad es la percepción ciudadana: Cada verano la empresa estatal arrastra la misma historia de apagones, cortes de energía y reclamos por la falta de mantenimiento en la infraestructura eléctrica de la capital bajacaliforniana.
La molestia de los usuarios ha pasado de la queja aislada a un descontento generalizado que ya se expresa hasta en la fachada de la propia compañía. Y no es para menos, en una ciudad que vive temperaturas extremas y donde la electricidad no es lujo sino necesidad vital, la CFE parece no dar el ancho. Los problemas de este miércoles son apenas un síntoma de un mal mucho más profundo: inversión rezagada, infraestructura vieja y promesas que no alcanzan a iluminar la realidad. El desgaste de la empresa no se mide solo en postes caídos o transformadores incendiados, sino en la paciencia cada vez más agotada de una comunidad que siente que, año tras año, queda a merced de la misma tormenta eléctrica.
‘COOPERACIÓN’
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí