Excelente ejemplo

POR EL DERECHO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

A las condiciones de extrema inseguridad social que el crimen organizado le ha impuesto al país, ahora le podemos agregar la violencia en el espacio donde, según nuestra Carta Magna, deben prevalecer la tolerancia, la discusión ordenada en temas torales para nuestra vida cotidiana y, la elaboración, reforma y aplicación de las leyes constitucionales, y que es la Cámara de Senadores. En ese recinto se escenificó una vulgar pelea entre el dirigente del casi extinto PRI y el ahora poderoso Morena. Tanto uno como el otro mostraron la clase de personas que son: sujetos acostumbrados al poder que anteponen sus intereses personales ante cualquier otro asunto, y que, al mirar un tenue reflejo de menosprecio, se encolerizan y arremeten contra todo.

Tanto Alejandro ¨Alito¨ Moreno, dirigente nacional del PRI, como Gerardo Fernández Noroña, Presidente del Senado de la República hasta el próximo 31 de agosto, nos dieron una clase muy chafa de box, olvidando que estaban en un espacio donde debe permanecer el espíritu de tolerancia y respeto, por cada integrante de ese organismo. Por el contrario, ambos mostraron el desprecio que les merecen nuestras instituciones y la poca consideración que les tienen. De la misma manera, sus compañeros de partido y, en general todos los senadores, en lugar de llamar a la concordia y al respeto mutuo, achucheaban a su correligionario para que golpeara al otro. Fue una trifulca de pandillas peleándose por haber sido menospreciados.

Alito Moreno, está dando muestras de la impotencia que le abruma, por no poder lograr que el PRI pueda reponerse del desprecio que los mexicanos le hemos otorgado, por su gandallismo histórico en el país. Tiene sus días contados y cada vez pierde más miembros que, quienes en aras de mantenerse con los ganadores, renuncian poco a poco y se integran a Morena. Alito Moreno, con esos desplantes empuja hacia el vacío, al ya derrotado PRI, envejecido y sin alientos para cooptar nuevos integrantes a sus muy decaídas huestes.

Gerardo Fernández Noroña, está también desfalleciendo y el enorme poder que detentaba, se le escapa de tal manera que, en tres días será un simple senador al cual agredirán constantemente sus enemigos. Durante el ejercicio de su presidencia en el Senado, tuvo un comportamiento abusivo, retador, de enfrentamiento constante y provocador, que acrecentó las diferencias y no pudo, por esas mismas razones, desarrollar un trabajo de beneficio para el país. Poco apoco fue incrementando su agresividad hasta llegar a ser insultante contra todo mundo. El papel que debió desarrollar que era fundamentalmente el logar consensos, incrementó las diferencias y esto se revirtió en las políticas internas. No obstante sus desavenencias, ambos tienen similitudes en su existencia. Primero, uno y otro tienen un comportamiento altanero y ejercen una autoridad con muy poco respaldo digno. Alito tiene una demanda penal en su estado, entre otros delitos, por mal uso de recursos financieros gubernamentales; a Fernández Noroña se le ha insinuado que podría ser objeto de investigaciones formales, por la adquisición de su casa de más de doce millones de pesos; ambos tienen residencias costosas que no corresponden con sus ingresos formales; los dos altaneros, agresivos, irrespetuosos con sus contrincantes y con los ciudadanos de todo el país.

Mientras que Alito se queja y es capaz de enfrentarse a golpes con Fernández Noroña, y no se ha preocupado, por escuchar y darle seguimiento a las quejas que los ciudadanos hemos interpuesto, ellos se pelean sin golpearse, dando un pésimo y denigrante espectáculo nacional e internacional. A ambos se les debe investigar a profundidad, para determinar en qué están involucrados y cómo justifican sus ingresos y las adquisiciones millonarias de las que ambos alardean. Deben ser puntualmente fiscalizadas sus declaraciones patrimoniales y aplicarles la ley, si ese es el caso. Vale.

*- El autor es licenciado en Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.