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El eco de ‘Peritus’ y la voz de Ana María

Siempre risueña, con una serenidad que evocaba el murmullo de un arroyo.

Beatriz  Limón

Siempre risueña, con una serenidad que evocaba el murmullo de un arroyo y una calidez que desarmaba incluso a los periodistas más exigentes, Ana María Pérez Román se distinguió como el rostro cordial de uno de los imperios constructores más representativos de Mexicali. Pero, por encima de todo, su papel más significativo fue el de hija dedicada a preservar con esmero la historia de su padre, “Peritus”. Un compromiso que perdura en un legado de poemas y relatos históricos, destinados a sobrevivir mucho más allá de las efímeras riquezas que deslumbran y desaparecen.

Me enteré de su partida el domingo 10 de agosto, y de repente los recuerdos se agolparon en mi mente. Volvió a mi memoria la primera vez que la conocí, cuando me llevó a la casa de su padre, Pedro F. Pérez y Ramírez, quien fuera cronista de Mexicali. Había montones de papeles, máquinas de escribir antiguas y las huellas de un hombre que dedicó su vida a las letras. Lo sé bien, hoy la memoria de las computadoras rebosa de escritos, pero en aquel entonces, los archivos eran de papel y tinta.

En 2003, mientras trabajaba en una serie de suplementos para esta casa editorial con motivo del centenario de Mexicali, me dediqué a escribir sobre los personajes que, con sus vidas y oficios, ayudaron a forjar la identidad de la ciudad. Fue así como llegué a aquella modesta casita, en la calle donde se levantaba el viejo Mercado Municipal. Una calle que, cambió de nombre con el paso del tiempo: fue Oriente, fue Ley de Alfabetización, fue del Árbol. Hoy lleva un nombre “Peritus”, en honor al cronista emérito que allí vivió.

Ana María, siempre presta, concebía en sus conversaciones, una y otra vez, la forma de preservar los escritos de su padre. Soñaba con convertir aquella casita, saturada de recuerdos y papeles amarillentos, en un museo que diera cobijo a la memoria de su padre. Y, en cierto modo, lo consiguió. En 2005 instituyó el Certamen Literario Pedro F. Pérez y Ramírez “Peritus”, un concurso que alentó la poesía y la narrativa histórica, y que, a través de la publicación de las obras ganadoras, ayudó a reforzar la identidad cultural de Mexicali.

Tristemente, tras nueve ediciones, el certamen llegó a su fin. La crisis que golpeó a Urbi Desarrollos Urbanos, principal benefactor de la Fundación, y terminó por debilitar su operatividad y, con ello, la continuidad de sus proyectos.

El noveno y último Certamen de la Fundación “Peritus” tuvo lugar en marzo de 2014, con una ceremonia de premiación en el Teatro Salvador Caldera en La Casa de la Cultura de Mexicali. Aquella tarde, Ana María tomó la palabra y dijo: “Sirve a tu ciudad y a México donde quiera que estés, porque Mexicali te lo ha dado todo”.

Cuánta razón tenía Ana María. Mexicali nos ha dado tanto, el desierto ardiente, las historias que aún palpitan en sus calles, la memoria de quienes lo forjaron, y tú supiste verlo con claridad, atesorarlo con ternura y transformarlo en un legado.

Hoy Mexicali te agradece. Que Dios guíe tu camino.

*- La autora es periodista inmigrante.

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