Única función automática o consciente
Es interesante saber que la neurociencia ha demostrado que la respiración es igual a la emoción, que la forma en que respiras es como sientes, que a través de la respiración te puedes conocer y lo que es mejor todavía, gobernarte a ti mismo

“No podemos cambiar nada hasta que lo aceptamos; su condenación no libera, oprime”
Carl Jung.
Es interesante saber que la neurociencia ha demostrado que la respiración es igual a la emoción, que la forma en que respiras es como sientes, que a través de la respiración te puedes conocer y lo que es mejor todavía, gobernarte a ti mismo; es el mejor modo de estar en presente; de hecho es la única función que puede ser automática o consciente del organismo humano.
VEAMOS
Acorde con Nazareth Castellanos, neurocientífica española, aclara que la ciencia ha manejado que la emoción es un proceso cerebral, pero en los últimos años se ha descubierto que también el cuerpo conecta con las emociones a través de la respiración. Lo podemos observar cuando nos da miedo algo la respiración se agita, cuando sentimos paz se calma, cuando alguien llora la respiración tiembla y cuando alguien se enfada se corta.
Y de aquí podemos obtener una primera conclusión: No se necesita pensar para respirar, pero sí podemos respirar para cambiar lo que sentimos.
Hoy se puede afirmar que no podemos controlar las emociones, pero sí podemos regularlas a través de la respiración. Ésta es una gran aliada para regular el sistema nervioso, el sistema de alerta, y la estabilidad emocional.
Se considera que realizamos 20 mil respiraciones al día, de este total, ¿cuántas son conscientes y cuántas inconscientes?
GOBIERNO DE UNO
Si te descubres con respiración acelerada, imposible calmarte; si tu respiración es pausada mayor capacidad de atención, si es entrecortada significa que te sientes amenazado por algo. Aquí descubrimos una segunda conclusión: La respiración no te aleja de lo que sientes, pero te permite no quedar atrapado por ello.
La conexión entre cuerpo, mente y emoción es indudable. Esto cómo nos puede servir: Si cuando te enojas tu respiración se corta, y por lo tanto tu amígdala empieza a trabajar y es cuando sientes rencor y coraje. Pero si empiezas a respirar y exhalar profundo la amígdala deja de funcionar, y por lo tanto logras cambiar la percepción que tienes, y te pones en “modo” constructivo. Otro ejemplo sería cuando uno se juzga severamente la respiración es muy diferente a que cuando el diálogo interno es amable y proactivo, por lo tanto a través de la respiración pausada puedes contribuir a mejorar lo que te dices.
Conclusión: Muchas veces pensamos que se necesitan cambios dramáticos, comprar algo o que necesitamos ciertas cosas para estar bien, cuando lo que necesitamos hacer es tener un manejo más consciente de nuestra respiración y que esta nos ayude a mantener un ánimo estable y funcional, a tener una mayor capacidad de atención, que nuestra respiración nos ayude a vivir mejor el momento presente, a través de un manejo más consciente que automático de nuestra respiración. ¿Te late, estimado lector? ¡Feliz domingo!
*- El autor es socio del Despacho Asesores Ballesteros.
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