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De ‘mesías’ a fugitivo

Parece que fue ayer, cuando AMLO recién ungido como el “mesías”, repetía una y otra vez, ser el adalid de la honestidad, que haría historia, ya que su gobierno erradicaría la corrupción.

Anita B.  de Ochoa

Parece que fue ayer, cuando AMLO recién ungido como el “mesías”, repetía una y otra vez, ser el adalid de la honestidad, que haría historia, ya que su gobierno erradicaría la corrupción. Al preguntarle ¿Cómo lo logrará? –Con mi ejemplo-respondía. Mi gobierno será transparente, cero influyentismo, impunidad, y abusos de corrupción.

Hoy sabemos que todo era simulación y cinismo, que detrás de tanta palabrería, estaba la mentira y la hipocresía, que su meta era llegar al poder para una vez ahí, hacer todo lo contrario a lo que pregonaba. Criticaba el enriquecimiento de los hijos de ex presidentes, cuando sus hijos de la noche a la mañana, se hicieron empresarios forrados de nuestro dinero de la manera más cínica y descarada, entonces hasta los defendía.

Pero como en esta vida todo se revierte, tanto el bien que hacemos, como el mal que provocamos, y TODO se paga, López Obrador y sus cómplices abusivos, aunque se creían intocables, dueños de México, muy pronto estarán pagando las consecuencias de sus crímenes, arbitrariedades y abusos.

Y no porque su sucesora Claudia Sheinbaum los investigue, todo lo contrario, ella está ahí para proteger la enorme corrupción y abusos ¿Por qué? Porque ella es parte de la mafia del poder instalado desde hace 7 años en Palacio Nacional.

¿Qué es lo que entonces está obligando a López, sus hijos y sus secuaces a estar temblando de miedo, pensando en huir para no enfrentar sus responsabilidades?

El hecho de que Ovidio Guzmán esté declarando en una Corte de Estados Unidos, en juramento y con pruebas contundentes, de la complicidad de López, sus hijos, varios funcionarios en activo, militares y empresarios, con el cártel de Sinaloa del que recibieron miles de millones de dólares para sus campañas desde 2006 incluyendo la de 2018 con la que llegó Morena con ayuda de los mafiosos a la Presidencia. Esta es la razón de la supuesta “estrategia” abrazos no balazos que impuso López Obrador, para que los criminales no fueran molestados e hicieran lo que les diera la gana, con la consecuencia de miles de asesinatos, desapariciones, extorsiones, y abusos por parte del crimen organizado dejándonos a los mexicanos en completa indefensión.

La declaración de Ovidio lo cambia todo para AMLO, lo presenta como lo que es: Un traidor de su país al cual juró servir. Pregonó ¡Primero los pobres! Pero los multiplicó y los usó como bandera para su conveniencia, sin interesarse en lo más mínimo de todo el sufrimiento que provocó en miles de familias, personas que su único pecado fue haber confiado en un impostor sin escrúpulos ni alma. La narrativa de “amor con amor se paga” queda hecha trizas, y rebela la verdadera entraña del político dispuesto a la traición para salvarse.

Si no le importa el dolor del pueblo, ¿Le dolerá el derrumbe estrepitoso de su mito? Se presentó durante décadas como el apóstol de la honestidad, como líder incorruptible y resultó ser peor que todos. Hoy vive recluido en Palenque, custodiado por cárteles, rodeado de helicópteros militares, preocupado por ser atrapado por USA. De héroe pasó a ser un ex presidente en fuga, escondido, protector de sus hijos lo que prueba su culpabilidad. Porque quienes se saben inocentes no necesitan esconderse.

*- La autora es consejera familiar.

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