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Los padres de hoy

Estamos en el mes de Junio, un mes en el cual celebramos una figura importantísima e insustituible.

Anita B.  de Ochoa

Estamos en el mes de Junio, un mes en el cual celebramos una figura importantísima e insustituible. La figura del padre para el desarrollo sano de los hijos que hoy día, se encuentra tan devaluada por un feminismo radical mal entendido, en donde la mujer empoderada dice ser padre y madre de los hijos y no necesita para nada al padre, un grave error que afecta directamente a los niños que crecen con ese vacío afectivo del cariño y el ejemplo del padre, con graves consecuencias para su vida.

Por supuesto, hay casos en los que su presencia lejos de ser positiva es negativa, por ejemplo los padres esclavos de adicciones, droga, alcohol, iracundos o golpeadores. En estos casos la mujer toma la rienda y como puede, saca adelante su familia a veces sin apoyo económico del padre; esto aunque no es lo deseable, es necesario para que los niños vivan en un hogar que les proporcione paz y armonía.

Ser padres es una bendición que hoy se vive como esclavitud, cuando ambos, padre y madre son PERMISIVOS. ¿Qué quiere decir? Que NO educan, les permiten todo a los hijos, los consienten, les dan cuanto les piden, y no son capaces de ponerles límites ni horarios. Se acuestan a la hora que quieren, usan el celular, la tableta, la tv a su antojo, y si les llaman la atención son hasta groseros. ¿Por qué? Porque no les han enseñado algo básico: El RESPETO, a sí mismos y a los demás. ¡Pareciera como si los padres les tuvieran miedo a sus hijos! Cuando se portan mal, o no obedecen, si acaso les dicen: ¡Va a haber consecuencias! Pero NUNCA las hay y los niños lo saben, por eso mandan, piden, exigen, y en cualquier NO de sus padres, con una lloradita saben que lo consiguen. Cuando no hay disciplina ni límites en casa y crecen creyendo merecerlo todo, se convierten en verdaderos monstruos, capaces de todo para conseguir lo que quieran. ¿Qué les espera a esta generación, por cierto llamada de cristal?

Lo que al cristal, cualquier cosa los rompen, amenazan a los padres de hacerse daño si no consiguen su capricho, carecen de empeño, de carácter. Si en el trabajo les llaman la atención, se quiebran, renuncian, y van de un trabajo a otro porque no se les fortaleció su voluntad, son veletas que el viento mueve a su antojo…. Y al carecer de fuerza de voluntad, carácter, responsabilidad, valores y convicciones, e incapaces de enfrentar las consecuencias de sus actos, caen fácilmente en vicios, son infelices y hacen infelices a todos. Entonces la paternidad, algo tan bello, se convierte en esclavitud y miedo…

Amar es educar. Educar es sacar de cada hijo todos esos regalos que pone Dios en cada corazón para que sea feliz. Pero para ello, necesita disciplina y exigencia con amor, esfuérzate, gánate lo que pides ¡Tú puedes hijo! Cuando NO educamos el mensaje al hijo es: Tus padres te hacemos todo, porque TU NO PUEDES, haciéndolos inútiles e inseguros.

Padres: Sus hijos son diamantes que necesitan su ejemplo, atención, corrección, límites, valores, abrazos y cariño para poder brillar y alumbrar a sus descendientes, ser y hacerlos felices. Agradezcamos a Dios el maravilloso regalo de ser padres.

¡Mujer mexicana forja tu Patria!

*- La autora es consejera familiar.

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