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Seguridad en BC: 6 años perdidos

Prácticamente en Baja California se perdieron seis años en el diseño e implementación de políticas públicas.

Jorge  Heras

Prácticamente en Baja California se perdieron seis años en el diseño e implementación de políticas públicas en materia de seguridad, que son los que lleva MORENA en el Gobierno del Estado y en el Poder Legislativo, sin contar que en el sexenio de la administración panista de Francisco Vega de Lamadrid se desdibujó el plan y las estrategias de prevención para combatir las violencias y la contención de los delitos de alto impacto. Entonces estaríamos hablando de 12 años perdidos.

Para atender la violencia de nuestras ciudades partimos de un mal diagnóstico, toda vez que el modelo de seguridad que optan los gobiernos lo basan en los indicadores de denuncia que fácilmente ellos mismos pueden manipular. Por ejemplo: “No hay delito de cobro de piso porque no se denuncia”, han advertido en las últimas semanas la Fiscal, la Alcaldesa de Mexicali y el coordinador de los diputadxs Federales de MORENA; pero, si nos metemos en esa dinámica de la estadística neoliberal, estaríamos descartando que en nuestro país la cifra negra es altisima con un 90% de los delitos que no se denuncian.

La salida de Daniel de la Rosa Anaya de la Secretaría de Seguridad de BC tras casi 10 años como titular de la dependencia evidenció que el modelo calderonista había fracasado, así lo dejaron ver el repunto de homicidios en 2017, las múltiples denuncias por abuso de autoridad de la PEP y los señalamientos de corrupción se mandos con el crimen organizado que fueron expuestos en la vía pública.

Además del pésimo manejo de los recursos públicos que parecían infinitos para las labores de seguridad en las últimas dos administraciones panistas. El dinero y los excesos de poder eran concentrados desde la Secretaría de Daniel de la Rosa y su PEP.

Cuando pensábamos que NO nos podía ir peor, llegó el gobierno de Jaime Bonilla para empeorar la situación con la desaparición de la Secretaría de Seguridad para concentrar el poder en una sola institución: la Supra Fiscalía de Guillermo Ruiz Hernández, el compadre del gobernador a quien le tuvieron que modificar la Constitución para que asumiera el cargo. El “Titi” Ruiz es un excelente abogado, pero con un pésimo manejo de la prevención de la seguridad pública y de la operación de la Policía (mal nombrada Guardia Estatal).

Con el arribo de Marina del Pilar Ávila se vino otra vez un cambio en la política de seguridad con el retorno de la Secretaría y su policía estatal (ahora llamada FESC), pero ahora con un área exclusiva para la elaboración de políticas públicas y análisis de indicadores que hasta el momento ha fracasado, principalmente porque a la mandataria estatal le impusieron a los tres titulares que ha tenido esta dependencia en sus 4 años de mandato.

De mal en peor nos fue con los militares Gilberto Landeros Briceño y de Tizoc Aguilar Durán. La Gobernadora lleva casi 4 años perdidos entre cambios, ajustes y ocurrencias en la política de seguridad pública.

Por primera vez en lo que va de la administración marinista, un secretario de Seguridad presenta un informe de estrategias,acciones internas y plan de trabajo administrativo y operativo. Este lunes en el tercer piso del Ejecutivo se nos mostró por primeravez a la prensa y a la sociedad bajacaliforniana a los mandos de la Secretaría. De manera pública, Laureano Carrillo hizo un barrido informativo de su estrategia y plan detrabajo, al grado que el General adelantó quepor primera ocasión el Gobierno de BC firmará un convenio de colaboración con los gobiernos de Sonora y Baja California Sur paraque la policía estatal pueda realizar operativos hasta 40 kilómetros dentro de ambas entidades cuando exista flagrancia de un delito ylabores de inteligencia. Además, también porprimera vez se reconoce la urgencia de tenerdestacamentos de la Policía Estatal en La Rumorosa, San Felipe, Valle Sur de Mexicali yen el Valle de la Trinidad.

Todavía le falta al gobierno actual quearticule una política pública en materia deprevención del delito y que de resultados lanueva estrategia, le quedan dos años para enderezar el barco. Este puede ser el punto deinflexión del marinismo en plena crisis.

*- El autor es periodista de Baja California.

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