Kiko y Bonilla
Los despojos de la política y los políticos en Baja California no son de ninguna manera una novedad.

Los despojos de la política y los políticos en Baja California no son de ninguna manera una novedad; desde hace muchos años, se vienen ofreciendo ejemplos desde la salida del PRI, luego de más de 50 años de gobierno y también con la salida del propio PAN.
En este contexto no dejó de llamar la atención la reaparición del exgobernador Kiko Vega en tierras cachanillas; ya había tenido una “aparición” pública, no directa, sino a través de un video que mostraba como fue agredido por un sujeto en Tijuana, en un hecho originado por una discusión por un problema vial.
Las reacciones de los usuarios de las redes que pudieron observar dicho video fue polarizada; unos lo defendían ante la agresión que había sufrido por un hombre mucho más joven que él y otros decían que se lo merecía, pero ahí quedó “romantizada” la figura del exgobernador, quien después de 30 años le entregó el poder a Morena y fue sumamente vituperado. Recordemos aquellas enormes manifestaciones del 2017.
Sin embargo, como luego rezan los refranes: nadie muere ni vive para siempre, en la política.
Luego, en este contexto de los fantasmas políticos y la reaparición de ellos, sucedió la reunión que se confirmó la semana pasada, pero que ya había sucedido con tres semanas de anticipación; la del ex gobernador, Jaime Bonilla y la actual mandataria estatal, Marina del Pilar Ávila Olmeda.
A Kiko Vega lo persiguen las manifestaciones del 2017, ante los reclamos de la Ley del Agua, reemplacamiento, hasta los “gasolinazos”. A todo dio reversa menos al caos que tenía y que al final fue el clavo de la tumba del PAN.
La reaparición de Bonilla se da en un contexto en donde se mantienen las denuncias penales en su contra, por el por haber comprometido un gasto de más de 2000 millones de pesos para la inalcanzable e irrealizable planta Fotovoltaica.
También está enmarcada, en la caída de la credibilidad y aceptación ciudadana, de la gobernadora Marina del Pilar, luego, sobre todo, de que a su esposo, Carlos Torres y a ella le fueran revocadas la visa de turista, lo cual ha generado la polarización en cuanto a los criterios de por qué las autoridades estadounidenses le quitaron la mica, manteniéndose entre que si fue por lavado de dinero o una cuestión meramente administrativa. Aún no se han ofrecido detalles por parte de autoridades estadounidenses, lo cual ha profundizado las versiones.
En Mexicali, la capital, se dan los regresos de estos políticos, tijuanenses y ex gobernadores.
Inimaginables en otro contexto donde Marina del Pilar no hubiera tenido la revocación de su visa y por ende la caída de su aceptación por parte de la población. Con manifestaciones en su natal ciudad.
Respecto a la reunión de Avila Olmeda y Bonilla, la pregunta recurrente ha sido: quién gana y quién pierde.
En mi opinión ambos pierden, primeropor la intensidad de los ataques que se hicieron mutuamente; llegando las acusaciones de “narco gobierno” al pleno del Senado de la República de Bonilla contra AvilaOlmeda y de ella contra su antecesor, acusándolo de manejo irregular de recursospúblicos, incluso diciéndole “su tóxico” yllevándolo a una sala de audiencias.
Pero ambos podrían obtener algo conesta reunión arreglada desde la CDMX:una especie de cese al fuego; arreglar el tema de las participaciones, de la denunciapenal contra ex funcionarios de la administración de Bonilla que tanto le salpicaron aél y por supuesto la gobernadora tratará detener un respiro político ante la ingobernabilidad que se asoma, si no hay un urgenteparo de los múltiples ataques en su contra,por personajes políticos visibles y aún confuerza, como es Bonilla.
El botón de pánico fue encendido. Veremos si fue efectivo.
La verdad sea dicha
*- La autora es directora del portal MF Noticias Mexicali.
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