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Nuestras ciudades

Un buen amigo me comentaba acerca de la urgencia de que en Mexicali, ciudad fronteriza, y en general, en todo el país.

Rosa María  Méndez Fierros

Un buen amigo me comentaba acerca de la urgencia de que en Mexicali, ciudad fronteriza, y en general, en todo el país, nos estemos replanteando la forma en la que están construidas las urbes.

En recientes acontecimientos que generaron bastante polémica, como es el hecho de lo sucedido en la capital de Baja California, con la construcción del “Cocinero chino”, se abrió aún más el debate.

Es donde surgieron de nuevo las críticas en cuanto a la apropiación de los espacios públicos por parte de políticos, sin previa consulta a la población.

Este tipo de construcciones carecen de la representatividad social, como en este caso particular en lo acontecido en el Centro Histórico de Mexicali. Es evidente.

Es en este contexto que planteamos la necesidad de retomar sus espacios que respondan a las necesidades de la comunidad, más que a empresarios, inversionistas e incluso a las propias autoridades que se abrogan este tipo de acciones, sin considerar que no necesariamente responden ni a la forma de percepción que tiene la población, ni de movilidad social.

Siempre hemos comentado acerca de la necesidad de esa apropiación de los espacios públicos por parte de la ciudadanía de bien que los usa para moverse, para acciones recreativas, culturales, educativas, y que no se dejen esos espacios para la utilización infame de grupos delincuenciales.

Lugares iluminados, seguros, con desarrollo integral que te den una pertenencia de ciudad y derivado de ello, también un cuidado y participación de la población para protegerlos.

Los simbolismos que tienen cada uno de estos lugares colectivos y comunes, como por ejemplo el Centro Cívico para las manifestaciones que hemos tenido en los ochentas, noventas, las del 2017, y, por supuesto, la recientes con la realización de “carne asada” que es precisamente el lugar donde se concentran los Poderes del Estado.

Desafortunadamente Mexicali se ha edificado sin control urbano, con un crecimiento desordenado, arropado por un boom inmobiliario, que ofreció casas económicas y con la promesa de una efectiva dotación de servicios.

Pero se convirtieron en fraccionamientos sin servicios públicos, escolares, de trabajo y transporte efectivo.

De ahí la necesidad de replantearnos los espacios públicos. Retomar el control de ellos, con respecto a la movilidad, la población, el medio ambiente equilibrado.

Todo esto también viene a colación por las recientes medidas tomadas contra el delegado del Centro Histórico, Rubén Chen, quien se puso en el ojo del huracán, por los registros denominados La Chinesca, en varios rubros no solo en sus defendidos “tours”, o para la venta de accesorios.

Ante el registro de más de seis acciones desde el 2014 al 2025, al delegado municipal se le abrieron muy fuertes frentes

Al grado de que se vio obliga ceder derechos de esas marcar a la Ciudad de Mexicali, para que la capital se adueñe de esa histórica marca.

Es algo que debe empujar la ciudadanía para que nadie se apropie de figuras simbólicas públicas para un beneficio personal.

La verdad sea dicha

*- La autora es directora del portal MF Noticias Mexicali.