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Cruce de caminos

La letanía del expresidente Andrés Manuel López Obrador de abrazos y no balazos que mantuvo en su sexenio causó ironías, dudas, comentarios que por lo regular no le favorecían a Obrador.

Ruben García Benavides

La letanía del expresidente Andrés Manuel López Obrador de abrazos y no balazos que mantuvo en su sexenio causó ironías, dudas, comentarios que por lo regular no le favorecían a Obrador.

Dado el problemón del narcotráf ico y crimen en México, la frase conducía a ironías de la población por una parte, y en otras circunstancias obedecían a la intención real del expresidente: evitar que miles de la población fueran asesinados en un cruce de balazos entre bandas del crimen o incluso entre éstos y el ejército.

La intención, como se le vea, es valiosa; no es nada irresponsable si el problema de los criminales en México fuera “una perita en dulce”. La realidad es otra. Un presidente de la República o una autoridad de primerísimo lugar del protocolo de las responsabilidades en el gobierno como lo es desde luego, el cargo que en este momento tiene Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana en el gobierno de Claudia Sheinbaum. Con Harfuch termina la cantaleta de “abrazos no balazos”. Pero se debe reconocer que el Secretario de Seguridad ha iniciado un importantísimo ataque contra los jefes principales del narco en México y, en verdad, lo ha logrado sin escándalos ni tiroteos. Ha tenido la capacidad técnica de entrar hasta sus madrigueras evitando en lo posible las balaceras callejeras. Sin embargo el encuentro se ha dado dentro de sus cuevas o túneles de protección. Marina, Ejército y policías de Seguridad Pública en un acto preciso de coordinación y tecnología avanzada ha ido contra sus madrigueras, por lo regular sin balaceras. Se podría decir: en consecuencia, por lo afirmado, que Omar García Harfuch está siguiendo la misma política de Obrador: evitar las balaceras. Pero existe una enorme diferencia no está tratando a los criminales con abrazos. Lo ha venido descubriendo y, y con una muy compleja tecnología, en todos los sentidos: investigación a fondo de sus madrigueras, desde luego, tómese el tiempo que se requiera; asesores, investigadores de altísimo nivel y acompañado de todas las fuerzas de seguridad: el Ejército, Marina, Guardia Nacional, policías regionales y principalmente una inteligencia, lo ha demostrado para coordinar cada uno de estos encuentros para entrar a sus madrigueras. No ha habido cabos sueltos. Con el ex presidente solo había politiquería y manipulación del actuar de los grupos criminales; “Abracitos” sí, y no balazos. ¿Y?

El Secretario de Seguridad está causando un enorme recelo en toda la bancada morenista. Obrador m no se siente bien con Harfuch y la determinación de la presidente de nombrarlo como uno de sus principales apoyos para su gobierno, es posible sin el visto bueno del expresidente y menos aún por encontrase una buena parte del grupo da Morena en el poder, políticos de muy altos niveles hasta jueces, con carpetas en manos de García Harfuch, que desde luego los denuncian dentro del grupo de la corrupción más importante en el portafolio del de los funcionarios corruptos.

La popularidad en este momento del secretario de Seguridad Protección Ciudadana ha alcanzado un enorme reconocimiento del pueblo y eso le molesta naturalmente al “Señor de los Cielos” y podría ser un cruzamiento entre Obrador y la presidenta.

Y ya en este momento el pueblo bueno del ex presidente está pidiendo a gritos que Omar García Harfuch debe ser el próximo presidente. Obvio: el desacuerdo en este tema fundamental entre Obrador y Claudia Sheinbaum es de futuro incierto y más aún porque el funcionario en cuestión es de Morena.

*- El autor es Profesor Emérito, UABC, por la Facultad de Arquitectura. Creador Emérito, ICBC. Artista plástico.

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