Sendero en peligro
En el combate contra el narco en el gobierno de López Obrador el contenido usual de su discurso fue “Abrazos, no balazos”.

En el combate contra el narco en el gobierno de López Obrador el contenido usual de su discurso fue “Abrazos, no balazos”.
En el combate a los personajes que son o representan la columna o el sostén fundamental de estos grupos o mejor aun de estas cabezas y no sus repartidores, la mayoría jóvenes que en realidad no encuentran una mejor forma de obtener recursos para su propio beneficio e incluso el de sus familias. Un México perdido en la miseria pobreza a pesar de la publicidad Obrador e incluso de Claudia Sheinbaum de que lo que más importa es atacar las causas, cantaleta que es sin duda significativa; importante, pero, las causas del desamparo en las familias pobres de México no se encuentran en el enorme esfuerzo del gobierno para atacar las causas y sobre todo en creer que con esta campaña, estará cumpliendo con su combate al narco. Para nada; son dos mundos distintos. La juventud marginada ni siquiera sabe cómo se llama su presidenta. La juventud vulnerable se encuentra en millones de jóvenes en los barrios de los miles de pueblos y rancherías del país y sin duda a la vez, en los grandes márgenes de pobreza en las más importantes ciudades de México; es decir, por una parte, becas y apoyos del gobierno para con esta cantaleta afirmar que el remedio es combatir las causas. Ni Obrador, ni Claudia Sheinbaum son en realidad culpables; tampoco la resolvería el comunismo cubano o venezolano, es una mezcla básica de subdesarrollo de nuestros habitantes, tanto cultural como racial. Pero el enorme crecimiento del narco no se encuentra relacionado o mejor aún contaminado por esta cantaleta política: atacar las causas. Es innegable que es útil y necesaria, de nada a algo resulta un apoyo fundamental a la pobreza, pero la infraestructura de la delincuencia en México rebasa o se encuentra en un estado superlativo de organización. Ha contaminado todas las dependencias del gobierno, algunos de sus políticos de mayor rango hasta incluso diputados, regidores, jueces, presidentes municipales y empresarios también están contaminados. Las últimas campañas de Omar García Harfuch o mejor aún, los últimos descubrimientos del de Secretario de Seguridad del país dejan en evidencia la enorme organización de estos grupos o de esos capos; los principales y no solo sus células de apoyo. El encuentro de sus madrigueras con millones de dólares y carpetas informativas de funcionarios, de toda los niveles, importantes empresarios incluso, colocan sin duda a Harfuch en un inminente camino de inseguridad; él lo sabe y aun así sigue con su empeño de ir hasta la entraña misma del problema.
Quienes hemos sido testigos de esta guerra; porque es sin duda una guerra de enorme importancia para México; para sus habitantes y García Harfuch ha decidido llegar hasta sus consecuencias, pese al peligro que implica este sendero. Poco podemos ayudar quienes vivimos al margen en todo el país, pero lo menos que se puede lograr es solidarizarnos con el empeño del Secretario de Seguridad del país.
*- El autor es Profesor Emérito, UABC, por la Facultad de Arquitectura. Creador Emérito, ICBC. Artista plástico.
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