Zahori, a fuego lento
Y de nueva cuenta el calor estalló en una tarde ya de por sí agobiada por las altas temperaturas.

Y de nueva cuenta el calor estalló en una tarde ya de por sí agobiada por las altas temperaturas, la intensa humedad y una población que se debatía entre el calor y los apagones de energía eléctrica.
Eran las instalaciones de la industria Zahori que volvían a incendiarse y provocar contaminación. El domingo 21 de julio.
Las sirenas de bomberos, ambulancias y patrullas municipales no se hicieron esperar.
Llegaron al lugar de los hechos en la calzada Héctor Terán, por el llamado Bordo Wisteria, los vecinos observaban con molestia un incendio más que los trastornaba en su seguridad. Además de que les cortaban la luz para evitar daños en cables de electricidad, postes y transformadores, con todo el caloron de ese momento.
Zahori le volvía a fallar a Mexicali, que espera no solamente fuentes generadoras de empleos, sino que cuiden el medio ambiente.
Por eso, dicha empresa está metida en una encrucijada, luego del incendio acontecido el domingo 21 de julio.
Ahí se fabrica papel felpa, cartón, arenado, brea e impermeabilizantes en frío, por lo que es necesario que cuenten con manejo especial de residuos, lo cual en estricto apego a las normas ambientales no ha sucedido.
La Secretaría del Medio Ambiente en el Estado le suspendió las actividades a este negocio, el viernes 26 de julio.
Recordemos que este es el tercer gran siniestro, en menos de dos años. Ya anteriormente tanto en el 2022 como en el 2023 habían sucedido incendios y le habían aplicado sanciones en su contra.
El 13 de agosto del 2018 se registró un incendio en uno de los almacenes de rollos de cartón arenado con pérdidas totales.
Ese mismo año, pero en diciembre, en esta empresa hubo una explosión en un tanque de brea de 750 toneladas que culminó en un incendio.
El 8 de septiembre del 2022, luego de un siniestro, la secretaría del Medio Ambiente le clausuró una línea de producción; y lo sancionaron por tener licencia de emisiones vencida.
Después de lo sucedido el 22 de julio, era evidente que debía haber una reacción por parte de la autoridad, para mandar el mensaje que debe haber mano dura y dejar de ser condescendientes.
Todos recordamos como las enormes lenguas de fuego han arruinado varias de las áreas de esta fábrica, además de generar una gran cantidad de contaminación y problemas a los vecinos que están aledaños a esta factoría, generando la clausura de diversas áreas, debido a la falta de un manejo adecuado de residuos especiales y el control de emisiones a la atmósfera.
Luego de lo sucedido el domingo 21 de julio, se le colocaron a la industria cuatro sellos distintos en las líneas de producción de felpa y arenado, imposibilitando a que la empresa continúe con sus actividades productivas en lo que se subsanan las omisiones identificadas durante las revisiones.
Las recientes omisiones fueron en el área de almacenaje de residuos de manejo especial (RME), al sobrepasar los límites establecidos para su operatividad, lo que pudo haber causado la contingencia reciente.
Propiedad del grupo DIBOGA, de Federico Díaz Gallego, Carlo Bonfante y Jorge Gallego, empresarios metidos a la política al lado de administraciones priistas y panistas, esta empresa nada en aguas movedizas o como podría decirse se extingue a fuego lento.
La verdad sea dicha.
*- La autora es directora del
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