Ojeriza
Si usted cree que siento tirria por Donald Trump, le tengo que decir que está en lo cierto...
Si usted cree que siento tirria por Donald Trump, le tengo que decir que está en lo cierto. El individuo me causa aversión y rabia; pero no deseo que lo asesinen. Con tenerle ojeriza me basta y sobra.
El nefasto expresidente aparece públicamente con una orejera a modo de vendaje por el atentado que sufrió hace diez días. Atentado que muchos califican como montaje para convertirlo en víctima desviando la atención de los cargos judiciales que pesan en su contra.
Lo que sería muy lesivo porque además de haberle costado la vida al francotirador ejecutado en el lugar de los hechos; también cayó fulminado el jefe de bomberos Corey Comperatore, declarado simpatizante.
Hace unos días, en Facebook escribí en tono irónico que todo lo que rodea a Trump es deficiente, ¡hasta los atentados en su contra! Esperaré a ver qué resultase de la investigación en contra de los agentes del FBI encargados de su seguridad. Máxime porque en realidad dichos agentes no le salvaron la vida al candidato; sino que tuvieron suerte por enfrentar a un agresor apocado, indefenso e inexperto…
Thomas Matthew Crooks -de 20 años- cayó abatido segundos después de haber disparado el fusil AR15 desde un tejado a 150 metros de distancia en donde el candidato del Partido Republicano pronunciaba su discurso provocándole un aparatoso rozón en la oreja...
En forma simultánea, Donald Trump -con la cara y oreja ensangrentadas- salía de la escena custodiado por cinco agentes del FBI con el brazo y el puño en alto en señal de victoria. Más mediático, propagandístico y triunfalista: ¡IMPOSIBLE!
Repito: No quiero que maten a Donald Trump; pero me causa harta muina que el fallido atentado lo haya convertido en un héroe de puro chiripazo.
LA PALABRA DE HOY: OJERIZA
El enojo, la mala voluntad y el sentimiento de antipatía en contra de alguien se puede calificar como ojeriza, animadversión o tirria. Su origen etimológico proviene del latín ‘odium’ que significa encono u odio. Lo mismo, la palabra “ojiza” califica el desprecio hacia alguien o algo.
DE MI LIBRERO: MATAR AL CANDIDATO
Hace 30 años, el 23 de marzo de 1994, fue asesinado Luis Donaldo Colosio en Lomas Taurinas, Tijuana, México. El acribillado fungía entonces como candidato del PRI a la presidencia. Debo señalar que la novela “Matar al candidato”, editada por Sexto Piso y escrita por Francisco Gerardo Haghenbeck e ilustrada con dibujos de Bernardo Fernández Bef, no inicia con el asesinato de Colosio; sino 96 años antes con el homicidio del sonorense Álvaro Obregón Salido, militar, líder revolucionario y expresidente. Lo destaco porque en ambos asesinatos hay algunas similitudes: los presuntos asesinos solitarios actuaron por iniciativa propia y en lugar -donde estaban ellos- aparecieron varios casquillos de distintas armas…
En la novela, el personaje central es una mujer periodista que fue comisionada para investigar la muerte de Colosio después de 25 años de haber sucedido. A pesar de los años trascurridos, permanecen varios indicios turbios que causan desconcierto, incredulidad y ojeriza.
*-El autor es profesor de Redacción Creativa en Cetys Universidad
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