La historia de cada uno
Hace unos días en Facebook un amigo de Tijuana, Armando García Orso, subió unas fotografías de un barco de vapor italiano el que viajaron su abuela y su mamá hasta llegar a Nueva York.
Hace unos días en Facebook un amigo de Tijuana, Armando García Orso, subió unas fotografías de un barco de vapor italiano el que viajaron su abuela y su mamá hasta llegar a Nueva York y de ahí viajar hasta Tijuana donde su abuelo las esperaba, porque le había dicho en esta ciudad fronteriza había la posibilidad de hacer vida y crecer económicamente porque en Italia, tras la Primera Guerra Mundial, la crisis económica se había recrudecido y por ello miles y miles de italianos vieron en el Continente Americano la solución a todos sus problemas y así fue.
Baja California es un estado de migrantes de todas partes del mundo y de todas partes de México que encontramos en esta tierras una vida que no podríamos lograr en nuestra tierra natal. ¿Cuántos bajacalifornianos conservan la historia de su familia errante que detuvo su camino en estas tierras?
Tuve la oportunidad de conocer a la abuela de Armando García Orso, Stella Martinello Basso una mujer extraordinaria con la que pude platicar largas horas en la cocina de su casa sobre su vida en Tijuana. El por qué comentó esto mi amigo, pues porque se cumplen cien años (1924-2024) de la llegada a estas tierras de su abuelo, Mario Giuseppe Orso Pasinato.
De la imagen del transatlántico italiano “Conte Rosso”, de fabricación escocesa, comenta que fue el primer trasatlántico construido después de la Primer Guerra Mundial, parte de historia del barco que partió de Génova, Italia en 1925 con su abuela y su mamá, Lucia Orso Martinello y llegaron a Nueva York y de ahí hasta Tijuana.
¿Cuántas historias encontramos en cada persona en la calle? Por cierto, Mario Orso Delgado, durante su paso por la preparatoria escribió la historia de sus abuelos y su llegada Tijuana, porsupuesto que estuvo platicando con su abuela. Un trabajo escolar que se debería proponer en todas las preparatorias y bachilleratos para que estos jóvenes y jovencitas conozcan la historia de su familia que salieron de su tierra natal para buscar un lugar donde desarrollarse, conocer las peripecias hasta llegar a Baja California, muchas parejas se formaron de migrantes de distintos estados del país, crearon una familia bajacaliforniana.
Muchos, como en mi caso, salí de Guadalajara, Jalisco y no paré hasta Tijuana, pero no llegué como el Caballo Blanco, de José Alfredo Jiménez, con el hocico sangrando pero si cansado del viaje en mayo de 1984, ojalá y alguno de mis nietos tenga la osadía de conocer la historia de la migración de sus abuelos.
He conocido historias muy interesantes de migrantes que llegaron a estas tierras de jóvenes, otros los trajeron sus padres muy pequeños y como, muchos, tardaron muchos años en volver a su terruño natal. Otros lo volvieron por allá, pero gritan a los cuatro vientos que son bajacalifornianos, como decía un amigo “yo no escogí dónde nacer, pero si he escogido dónde voy a morir”.
Baja California es una tierra de oportunidades para todos lo que hemos llegado, por cierto, un comentario del tío de mi amigo Armando García Orso, don Pedro Orso Martinello: “En Baja California a todos les va bien, excepto a los flojos”. Hay que inculcar en nuestra familia el gusto por saber el pasado de sus padres, conocer la historia de familia. Gracias a mi amigo Armando García Orso por acordarse de la llegada de su abuelo a Tijuana hace años.
* El autor es Periodista independiente
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