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Zona Sísmica

Entre el gremio de los abogados comentan que el que se llevó una sopa de su propio chocolate fue el Juez de Control Héctor Cortez Peña.

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Audiencias

Entre el gremio de los abogados comentan que el que se llevó una sopa de su propio chocolate fue el Juez de Control Héctor Cortez Peña, porque en una audiencia efectuada de manera virtual el pasado sábado, un interno de la cárcel le asestó dos certeros insultos verbales.

Las imágenes donde un imputado insulta al Juez, en “presencia” virtual de otro imputado, la defensora de oficio y la Fiscal se propagaron por las redes sociales, donde hay quienes señalan que esta vez le tocó a Cortez Peña “perder”, porque tiene fama de ser grosero con los abogados defensores, con los Ministerios Públicos y con los imputados ni se diga.

Por cierto, llama la atención que cada vez se realicen más audiencias “virtuales” en procesos orales, puesto que esta modalidad se adoptó a causa de la trágica pandemia de Covid-19 en México, que cobró la vida de unos 800 mil mexicanos.

Dicen que es para facilitar los procedimientos, reducir los gastos, evitar el traslado de personas privadas de libertad a las salas de audiencia, entre otros. Solo que en realidad esas audiencias virtuales realmente se han convertido en “privadas”, con lo que se vulnera uno de los principios establecidos en la Constitución federal para el proceso penal acusatorio: La publicidad.

De hecho anteriormente las quejas eran en el anterior sistema escrito, aunque legalmente las audiencias eran públicas, realmente se hacían en secreto. Y ahora con el abuso de la virtualidad parece estar pasando lo mismo, porque al ser virtuales solo están en imagen y audio el Juez, el Ministerio Público, la defensa y el imputado. El público simple y sencillamente no es invitado.

Estas audiencias virtuales favorecen a los Jueces, porque los Administradores Judiciales que controlan las agendas de las audiencias penales, no programan audiencias presenciales vespertinas para no incomodar a los señores Jueces.

A MARCHAS FORZADAS

El Instituto Nacional Electoral en Baja California trabaja a marchas forzadas para que se realice la elección el próximo domingo 2 de junio en el Estado.

Pero un problema que han tenido, es que les faltan varios funcionarios de casillas por lo que han están haciendo uso de las bases de datos para buscar a funcionarios que participaron en elecciones pasadas y que quieran hacerlo de nuevo.

Cada año se está complicando más la participación de los ciudadanos por lo que comentan los expertos que el INE ya debería estar buscando más formas de votación.

Sin duda, algunos de los cambios, como el voto anticipado es bueno pero deberán actualizarse más viendo esquemas de votación en otros países.

Por cierto, ayer anunció el estado la participación de más de 5 mil elementos de seguridad para resguardar la seguridad en Baja California.

CONCURSO

En este momento el Consejo de la Judicatura del Estado ya está en la elaboración del dictamen para formar la lista de quienes pasaron todos los exámenes en el concurso de oposición para designar a un magistrado que sustituirá al togado Jesús Espinoza Orozco, quien el 10 de septiembre dejará el cargo al cumplir 70 años, la edad máxima permitida para ser togado del TSJE.

Los 24 aspirantes al cargo superaron la etapa de la entrevista, varios con la calificación máxima de 100, como Gerardo Aceves Salazar, Ana María Elías González Rosas, Gustavo Adolfo Villarespe, Karina Acosta Duéñez, entre otros.

Hay varios de los aspirantes que han concursado y obtenido las mejores calificaciones, pero al final el Congreso del Estado da la sorpresa y elige a los de menor evaluación, porque para los diputados ese es un asunto político, de relaciones, de compromisos, de influyentismos y hasta de amiguismos. Incluso en los indiscretos pasillos del Poder Judicial del Estado se dice que buscan poner a la esposa de un funcionario estatal.

Es una lástima que en el actual concurso haya varios aspirantes con amplísima experiencia a quienes hayan tratado de descarrilar sobre todo en el examen teórico, donde de un plumazo los sinodales los reprobaron y luego, al llegar las impugnaciones, tuvieron que recular y meterlos de nuevo con calificación aprobatoria.

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