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El fanatismo cancela la razón

Ruben García Benavides

Un ejemplo perfecto de la razón de este título es Adolfo Hitler. Su odio contra los judíos lo llevó a la masacre, de hecho, al exterminio de esta raza en los hornos crematorios. Otro ejemplo de la maldad del fanatismo fue Fidel Castro. Su discurso permanente contra el capitalismo lo convirtieron en un desquiciado. El resultado: la Cuba actual, la imagen en este momento de La Habana: pobreza, abandono, subdesarrollo aun respetado lo positivo que este régimen pudiera tener. Sin duda la ausencia de los vicios del capitalismo. De los carteles mexicanos del crimen; de los abusos de la drogadicción, si en Cuba existe es posible menos dramático. En México el fanatismo pro Obrador, sin ser letal, manifiesta los mismos síntomas: anulación de la razón. Un ejemplo: por todas partes se ve la propaganda en abundancia de Norma Bustamante. Quiere repetir en la Alcaldía y sin duda tiene derecho. Bien sea por los “morenitos”, el dinero para despilfarrar les sobra. Despilfarrar, derrochar, malgastar, dilapidar, tirar, desperdiciar, quemar y muchos más sinónimos. Con esta agresión de la Alcaldesa a nuestros impuestos, a mí solo me queda gritar a los cuatro vientos: ¡Viva México jodidos! Pero no solo es Norma Bustamante la abusadora de nuestros impuestos. Todos los morenitos están cortados con la misma tijera. Claudia Sheinbaum en el tema, es la maestra magistral (por algo dicen que es Doctora, vaya pues). Ni siquiera Obrador cuando quiso ser presidente se cubrió con semejante abuso. Otra abusadora de este privilegio (¿dije privilegio?), de este abuso, es Julieta Ramírez, incluso este personaje llega al colmo: la abundancia de carteles costosísimo para anunciarse que nos cuestan a los contribuyentes sobrepasa; no lo dudo, la posibilidad del uso de la razón de ser moderada, como no lo fue Hitler ni Fidel. ¿Existe la razón en este caso? Naturalmente que no. El fanatismo anula la razón. De igual manera el juicio le queda a Claudia Sheinbaum que de tanto abuso de su imagen se puede encontrar hasta en la sopa.

Claro que el fanatismo de Hitler no es comparable al fanatismo por Obrador de los “morenitos”. Ya escucho la voz de algún morenito que me está reprochando cómo se me ocurre comprar aquel fanatismo del odioso Hitler con el de pro, López Obrador; y puntualizo: fanatismo es fanatismo. Su principal luz: anulación de la razón. Otro ceguera ante la realidad. Otro ejemplo más (con todo respetoa los hermanos de Jehová): si por azar usted se sienta en algún autobús, restaurante o avión, con un “Hermano” éste agotará tu paciencia hablándote de Dios, deCristo, del creador. No te dará tiempo nide respirar y nunca tu abusador acompañante, supuesto, lo podrá entender. Asíes el fanatismo normal; la razón no existe. La razón de Hitler, Castro o pro Obrador en este punto exacto son similares asíel objetivo sea diferente. Si usted lo duda,me gustaría verlo algún día sentado decompañero ante algún aleluya, para queexperimente su fanatismo: convencertede que Dios es la luz será su objetivo, nohay otro. Morena es la luz del mundo, y deMéxico. Voz de Julieta, Mario Delgado yla Sheinbaum.

*- El autor es Profesor Emérito, UABC, por la Facultad de Arquitectura. Creador Emérito, ICBC. Artista plástico.

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