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Progenitora

Los mexicanos involucramos a las progenitoras ante un accidente o una dificultad diciendo: ¡Qué madrazo! O ¡En la madre!

Miguel Ángel Lino

Los mexicanos involucramos a las progenitoras ante un accidente o una dificultad diciendo: ¡Qué madrazo! O ¡En la madre! Y, peor aun, de ser un personaje sublime la llevamos hasta la muy pelangoche ¡Mentada de madre!

Cuando un alimento no nos gusta, lo rechazamos diciendo: ¡Esto sabe a madres! O cuando en el ambiente se percibe un olor desagradable, lo juzgamos ásperamente como: ¡Aquí huele a madres!

Cuando alguien lleva demasiados tiliches, le preguntamos: ¿A dónde vas con madre y media? O cuando algo es muy, muy, pero muy pequeño lo describimos como “una madrecita de este tamaño” juntando el índice con el pulgar.

Si alguien se comporta mal o en forma injusta, lo recriminamos con la alusión de: ¡No tienes madre! O bien, cuando platicamos qué fue lo que nos trajo el familiar que recientemente regresó de Europa, contamos que: ¡Nos trajo una madre!; y, a quien se lo contamos, opina: “¡Pues, que poca madre!” Al estar viendo un partido de fútbol y presenciar un artero faul, gritamos frente al televisor: “¡Hijo de tu pin… madre!

Infructuoso Insulto que resulta de los más ilógico, porque dígame qué demonios tiene que ver la inocente madre del rompe-espinillas.

Cuando uno no está dispuesto a dar o a decir algo que se nos pide, no zafamos diciendo: ¡Ni madres! O cuando se presenta una calamidad o enredo, con asombro declaramos: ¡Put… madre!

Y así pudiera seguir señalando otras tantas madres; pero ya no lo voy a hacer porque quiero ponerme positivo y desearles a ellas ¡Un Día a Toda Madre a las Progenitoras!

LA PALABRA DE HOY: PROGENITORA

Del anglo-francés ‘progenitour’ que significa “un ancestro en línea directa”, se deriva del latín progenitor “ancestro, el fundador de una familia”. La raíz ‘gene’ significa “dar a luz, engendrar”. Progenitora es sinónimo de madre.

DE MI LIBRERO: PICARDIA MEXICANA

Libro escrito por Armando Jiménez Farías del que se han vendido más de cuatro millones de ejemplares y que fue publicado por primera vez el 15 de septiembre de 1960, fecha clave para reafirmar nuestra jocosa y bullanguera mexicanidad…

Contiene hartos albures, anécdotas, chistes, refranes, pláticas de cantinas y baños públicos con un lenguaje coloquial que abarca miles y miles de madres…

Entre narraciones ingenuas, pícaras, mordaces y muy atrevidas. Por ejemplo: ¿Cuál es el colmo de un plomero? Tener un hijo soldado. ¿Qué le dijo la luna al sol? ¡Tan grandote y no sales de noche! ¿En qué se parecen los dioses a los baños? En que solo ellos saben quiénes obran bien y quiénes mal. ¡Aire por detrás, sólo el que sale es bueno!

Letreros en baños públicos : “Quiso alcanzar la victoria / el traidor de Victoriano / ¡Como si victoria y ano / fuesen igual en la historia!

La expresión “a fuerzas”… relacionada con el huevo: “inflación es cuando un huevo cuesta un peso y deflación, cuando un pesos cuesta un huevo.” En pocas y llanas palabras, Picardía mexicana es un libro que no tiene progenitora.

*- El autor es profesor de Redacción Creativa en Cetys Universidad.

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