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Elecciones

Lo primero que necesitamos saber, es cuándo se produjeron las primeras elecciones de la historia...

Lo primero que necesitamos saber, es cuándo se produjeron las primeras elecciones de la historia. Pues bien, en la Antigüedad la forma no traumática de transmisión del poder, era por herencia, por elección o por aclamación, en cuyo caso el elegido era alzado sobre el pavés o escudo, y recibía así el caudillaje. Las elecciones encaminadas a dotar de cargos a la Administración era práctica habitual en el mundo clásico. En algunos casos era más avanzada que hoy, ya que para presentar candidatura se exigía al aspirante demostrar previamente su aptitud. Se puede afirmar que antes del siglo V a. C., no existió la política, relación entre los poderes y sus súbditos. El gran avance fue protagonizado por Grecia al reconocer que ante todo deben estar los intereses públicos, y se ocupó de ordenar y estudiar la naturaleza de los derechos de la gente. Por tanto podemos afirmar que, a la pregunta ¿quién inventó las elecciones?, la respuesta es que las elecciones fueron creadas por los Antiguos Griegos. Los griegos fueron los primeros en rescatar el cuerpo político social de manos de los charlatanes, para dejarlo en manos de la gente más honrada de la época: los médicos. Es natural, que votar se impusiera como medio necesario, y para ello hubo distintas formas: lo habitual fue votar a mano alzada en reuniones públicas, procediéndose a contar el número de personas que se mostraban favorables o desfavorables a una candidatura, procedimiento que se llevaba a cabo en las circunscripciones urbanas y rurales donde hubiera hombres libres. También se utilizaban para votar piedras blancas y negras: las blancas apoyaban la candidatura y las negras la rechazaban. La primera ley electoral se redactó en el 139 a. C., en Roma, e introdujo el concepto de papeleta electoral. Pero claro, la papeleta no era de papel sino de madera fina pulida sobre la que el elector escribía el nombre del candidato de su elección. Ya entonces se dijo: “El voto es más fuerte que la espada, y aporta soluciones más largas”. El sistema electoral evolucionó durante el periodo del Imperio Romano. Como en todo, la caída del mismo supuso un retroceso. El feudalismo medieval acabó con el sistema que se había apuntado ya en el mundo grecolatino, aunque a diferencia de hoy, las monarquías fueron electivas durante siglos, de acuerdo con el sistema visigodo. Las elecciones de carácter político se conservaron, hasta cierto punto en las ciudades estado italianas, a cuyo sistema democrático se debe la prosperidad de que gozaron a lo largo de la Edad Media, mientras en gran parte de Europa imperaba el sistema feudal. El receptor de la confianza pública se obligaba a cumplir lo prometido de manera formal, y si no lo cumplía se le exigían responsabilidades, e incluso podía terminar en la cárcel. En el Renacimiento, se empezó a hablar de la “ponderación” del voto, delvoto ponderado. En la Grecia del siglo VI a. C., se contratabaa actores para que sirvieran de portavoces de las ideas políticas del candidato y para que con su experiencia teatral dieran un mitin a favor del candidato. De hecho, se desaconsejaba al candidato explicar cómo y cuándo iba a hacer lo queprometía. Para ganarse la voluntad y captar la simpatía loscandidatos contaban chistes a sus posibles votantes y acto seguido lloraban al recordar alguna desgracia patria: el fin eraimpresionar. ¿En algo ha cambiado después de 2,500 años? Eldía de hoy salgamos a votar en contra de los charlatanes, losignorantes, los payasos, los resentidos sociales y los que solomienten con tal de ganarse tu voto y destruir a nuestro país,nuestro estado o nuestra ciudad, diputados en campaña prometiendo cosas que no pueden cumplir, tales como mejorespavimentos, mejor alumbrado público, mejores parques y jardines, mejor seguridad, mejor limpieza de la ciudad, cuandosaben bien que eso le corresponde. No votes por quien deliberadamente te miente con tal de obtener tu voto, no lo vendaspor una despensa, razona tu voto, pero por favor vota, no dejes que otros decidan por ti.

*- El autor es ex presidente de la Federación de Colegios de Ingenieros Civiles de la República Mexicana.

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